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FACERÍAS DE LA CUENCA BAZTÁN-BIDASOA 11 I HISTORIA A) HIDALGA Contrasta la fluidez fronteriza, en progresivo avance hacia el sur de la que fue sexta meridad de Navarra, con la estabilidad lindera labortana, cuyos hitos o mojones presiden desde tiempo inmemorial, como vigías insobornables, los convenios de concordia sobre pastos, prendamiento de ganado, explotación forestal. Entre San Esteban de Bai'.gorry, Valderro y Roncesvalles, un pliegue pirenaico, a modo de estribación perdida, fue teatro de robos, depredaciones y luchas sangrientas que obligaron a la intervención reiterada de los monarcas : el Alduyde o Quinto Real. Sus pastos abundantes y sus rientes hontanares excitaron la codicia pastoril de entrambas vertientes. Ganaron en la pugna los moradores de Bai'.gorry, cuyo núcleo de población llanero se había reduci~ do notablemente ya en los días de Carlos el Noble, no tanto por defunciones como por emigración a la montaña. S. Esteban o St. l!':tienne, centro principa!, apenas contaba con 9 vecinos, 6 yuntas de bestias y una de bueyes, cuando aíios antes pasaban de 30 los vecinos y las yuntas 1 • Banca, Alduyde y Urepel son hijos de aquel empuje vital. Los reyes de Navarra reclamaron en todo momento su dominio y soberanía sobre aquellos montes y. yermos : hicieron unas veces . donación de ellos al vizconde de Valderro y exigieron otras los diez sueldos que, según los .oficiales de Comptos, se debían a la seíioría mayor, por los puercos extraños que hubiesen pacido las yerbas y bebido las aguas de aquellos términos «sin sabiduría ni licencia nuestra ni de nuestros oficiales, contra fuero y toda razón». Pero si aquellas reclamaciones a fuero y aquellas donaciones• a vida logra– ron mantener por largo tiempo, frente a las apetencias de los pueblos y valles colindantes, los derechos realengos, provocaron con aquella alternancia una cierta confusión en el régimen facero (y siglos después en el de soberanía) de aquellos montes y yermos de Alduyde; primero al anular, en favor de la vo– luntad del vizconde, la antigua facería y cualquier otro derecho de disfrute; 1 CASTRO, J. RAM6N: Catálogo de la Cámara de Comptos (C. C. C.), t. 32, núms. 94 y 97. Carlos III concedió a los habitantes de la tierra de Baiguer (BaYgorry) remisión de la mitad de su pecha ordinaria (pecha ordinaria anual: 20 cahíces de trigo, 20 de cebada, 12 libras y 16 dineros carlinas) y de la mitad de los 14, florines que les correspondían por cuartel, en razón de esa mengua de habitantes y de labradores "por mortandades y ausen– cias". GAsTRo, J. R.: CCC, t. 29, n. 973. C. Comptos, Caj. 101, n. 25-VII y Caj. 115, n.84- VIII, Caj. 190, n. 7-11 Años 1412 y 1416. [ 37] 161
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