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INTRODUCCION Con el presente trabajo me propongo recorrer el texto de las Constituciones, promulgadas en 1982, deteniéndome en algunos temas que me parecen particularmente significativos, con la fina– lidad de proponer a los hermanos más jóvenes, algunos puntos de reflexión. No me he prefijado de antemano, analizar su contenido en todos los detalles, ni tampoco hacer de ellos un comentario exhaustivo. Tampoco es mi propósito establecer una comparación con las Constituciones anteriores, vigentes hasta 1968, o sea, aquellas que fueron revisadas y actualizadas después de la promulgación del Código de Derecho Canónico y aprobadas por la Iglesia en 1926. ••• Antes de adentrarnos en la lectura de las actuales Constitucio– nes, creo que es necesario aunque sea brevemente, recorrer su propia historia. 1. La vida religiosa en el magisterio de la Iglesia Debemos partir del Concilio Vaticano II que sitúa y trata doctrinalmente la vida religiosa en la Constitución Dogmática "Lumen Gentium" del 21 de noviembre de 1964 (cap. VI), donde queda manifiestamente claro que la vida religiosa lejos de ser algo separado de la vBa de la Iglesia, constituye una parte esencial de ella, querida por el mismo Cristo y propuesta por El a algunos fieles para que le sigan en la práctica de algunos consejos evangélicos profesados de un modo particular. Después el propio Concilio, al aprobar el Decreto "Perfectae Caritatis" el 28 de octubre de 1965 sobre la renovación de la vida religiosa, fijaría las reglas generales para la revisión de las condi– ciones de la vida religiosa de manera que ésta pueda cumplir mejor 7

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