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ANSELMO DE LEGARDA La malquerencia del navarrisco queda patente en el diálogo inmediato de Ordoño con Lope (429b): Don Sancho Abarca me escribe muchas cosas contra vos y a la guerra me apercibe, si os suelto. Somos los dos deudos cercanos. No vive menos que eterno el enojo en los reyes. A su hermana me ofrece, bello despojo de hermosura... En efecto, por libraros con el navarro es forzoso romper, y por conservaros la vida, no ser esposo de su hermana... Notemos de pasada que de hechoOrdoño II estuvo casado con Sancha, hija de Sancho Garcés I. No anda del todo descaminado el personaje de Tirso. Aflora el litigio riojano cuando planea Ordoño .437b): Seas, Tello, bien venido. Si Sancho a Logroño cerca, antes que llegue a su cerca, espero que huya vencido. A lo que responde don Tello: La guerra toda es extremos; mas, si a su hermana te ofrece por esposa, si apetece que a nuestra infanta le demos, coronándola en Pamplona, ¿por qué negarás sus paces ? tomo NÑ, Madrid, 1909, pág. 413, s.v. Nabarrisco. La Parte diez y ocho de comedias nuevas, escogidas de los mejores ingeniosde España... Madrid, Gregorio Rodríguez, 1662 (ejemplar en la Biblioteca Nacional, R. 22671), después del folio 160 comienza con foliación propia la Comedia famosa, El amor en vizcaíno, los zelos en francés y torneos de Navarra, compuesta por LUIS VÉLEZ DE GUEVARA. Entre los personajes figura don García, rey de Navarra. Al tiempo del torneo, el gracioso de la comedia, Vilhán, dice refiriéndose a las damas, folio 19v: No importa/ ver que con ellas no paso/ por caballero chanflón,/ que ellas hacen otro tanto/ conmigo por navarriscas. En una loa escribe LUIS QUIÑONES DE BENAVENTE, «Nueva Biblioteca de Autores Españoles», 1.18, Madrid, 1911, pág. 500 b: Por eso dejó de serlo: /porque era autor navarrisco/ que no pasó en nuestro reino. Y el mismo, en un entremés, unas páginas más adelante, 509a: Quédate en el ayuno, que es tu casa, / gaznate navarrisco, que no pasa. A los cuartos navarriscos alude también LOPE DE VEGA, Tanto hagas cuanto pagues, en la nueva edición de «Obras de Lope de Vega publicadas por la Real Academia Española», Madrid, 1916-1930, t. IX, pág. 684a. Al principio de La tía fingida, BAE 1, 246a, se nos pinta al escudero «con su tahalí y espada navarrisca». Comentando ese lugar ENRIQUE DE LEGUINA, LOS maestros espaderos..., Sevilla, 1897, págs. 25-26 y 199, encomia los excelentes hierros de Pamplona y Eugui, y se refiere a armaduras notables procedentes de Pamplona y guardadas en la Real Armería. 138 [8]
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