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NAVARRA EN EL TEATRO DE TIRSO DE MOLINA No se entienden con los reyes las leyes, que su derecho consiste siempre en el hecho de las armas, no en las leyes. Esta es la razón de Estado que ensancha las monarquías. Sus emisarios la obsequian con un montón de patrañas sobre el desprecio de Pamplona y de Teobaldo hacia ella, pero ella ha hecho elección de Teobaldo tesoneramente (37a): El ha de ser mi marido, si los Cielos, si los astros lo niegan y en su favor disponen ya lo contrario. A la decisión real de salir a campaña poniendo a Navarra espanto, replican que se case en Aragón, que el amor de sus vasallos excede en valor al Rey navarro (37a). Pasamos a la corte de Teobaldo, en la que el conde hace de secretario. Tiene que despachar un encargo ateniéndose a un papel: «Con el Rey de Castilla, Alfonso, tengo efectuado el casamiento de mi hermana. Ofrecíle en el contrato ciertas tierras que alega pertenecerle. Querría escribirle que tome la posesión de ellas y señale el día de sus bodas. Fíolo de vuestro ingenio: hacedlo luego y buscadme en el cuarto de mi hermana. -Yo, el Rey». (39a). Los celos se apoderan del conde y en aquel preciso instante entra la Infanta sin ser sentida y desde aparte le mira y habla. Están entreabriendo sus corazo- nes cuando se presenta el Rey y descubre un secreto a su privado, es decir, a Ramiro, pues no sabe todavía que tiene en su casa al conde de Urgel. Le dice (42a): Yo quiero bien a Violante, Reina de Aragón, por fama de su belleza y virtudes, aunque ésta tal vez engaña. Quise casarme con ella y, al tiempo que lo trataba enamorado y gozoso, supe, ¡ay Cielos, qué desgracia! que amaba al conde de Urgel.. A oídos de Teobaldo ha llegado la noticia de la presunción del conde, de la muerte que le dio la Reina, hecho divulgado por Castilla, Italia y Francia, cuyos reyes renunciaron a la mano de Violante, a la que antes aspiraban. Teobaldo quiere informes fidedignos y en su busca manda a Ramiro, esto es, al conde, a la corte de Aragón. Misión ardua. Ramiro tiene que descubrir a Sancho su identidad: es el conde de Urgel forzado a marchar a la corte de Aragón, a la corte de su prima hermana, la Reina, de la que le apartó la envidia. Fingirá que cumple el encargo pasando unos días de ausencia en la choza donde estuvo malherido (44b). [25] 15 5