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NAVARRA EN EL TEATRO DE TIRSODE MOLINA 14. Desde la remota Lusitania podía pensarse en la ayuda de Navarra. En Las quinas de Portugal (5, 468ab) asistimos al enfrentamiento con los infieles. Los moros con sus cinco ejércitos suman doscientos cincuenta mil hombres; los cristianos apenas llegan a trece mil. Imprudencia, grave temeridad sería trabar combate en esas condiciones. Hay una buena solución: Aguardemos que se ausente el sol, y entonces tu gente, sin manifestarla el día, podrá entrar en Santarén; que, si el moro la cercare, lo que su sitio durare, como avisados estén el de Castilla y León con el navarro, no hay duda que vengan en nuestra ayuda sin que falte el de Aragón; y entonces a la campaña podrás seguro salir y victorioso lucir la restauración de España. El cerco de Santarén ocurrió en 1170, cuando en Navarra reinaba Sancho el Sabio. Más adelante (473ab), antes de la batalla y de la victoria, exclama Alfonso Enríquez: Hoy del apóstol divino, heroico patrón de España, de nuestro Redentor primo, es el día venturoso. Su nacimiento festivo celebra la fe y la Iglesia: lo mesmo es que su martirio. Tantas dichas y favores en un día a un tiempo mismo ¿qué victorias no prometen? Aquese estandarte, amigos, estas armas consagradas que de los granates ricos de la redención del hombre púrpura eterna ha teñido, bajó a honrar nuestra corona desde el alcázar empíreo: sus ángeles la pintaron, mi Dios su artífice ha sido. Venérenlas por más nobles de hoy más los franceses lirios, las barras aragonesas, los leones y castillos. Eternizarlas promete [19] 149

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