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NAVARRA EN EL TEATRO DE TIRSO DE MOLINA No, Castillo: algo ha trazado que te asombre. -Ello dirá. Mas los dos salen acá con Alonso de Alvarado. En efecto, «salen don Fernando, Juan de Rada y don Alonso de Alvarado». Obsérvese que a Juan de Rada se le niega el don. Dice Fernando Pizarro (420a): Cincuenta mil pesos de oro me habéis ganado: ya veis que, si hoy muero, no podréis cobrarlos. Aunque no ignoro dónde están, que nunca juego sin tener con qué pagar. Déme la vida lugar que os satisfaga. La respuesta de Juan de Rada va tan falta de nobleza que tiene que dárnosla en un aparte revelador de sus sentimientos: Si llego a Almagro, que hace más caso de mí que de otros amigos, y templando estos castigos estorbo a la muerte el paso que a don Fernando amenaza, le obligo a eterna amistad y cobro la cantidad que pierdo sin esta traza. ¡Cincuenta mil pesos de oro! ¡Cuerpo de Dios! ¿Es partida para no darle la vida? Si me perdiese el decoro el adelantado en esto, me obligará a algún desgarro, porque, en muriendo Pizarro, muere mi hacienda. Eche el resto mi favor. ¡Alto, cuidados: mejoremos de opinión que más quiero un patacón que a dos mil adelantados! Vase Rada a tratar el grave asunto con el adelantado, esto es, con Almagro, y poco después torna satisfecho de su intercesión. Se lo participa a Pizarro (421ab): Del juego habernos salido vos y yo tan ganaciosos que vos ganáis vuestra vida y yo, Fernando, vuestro oro. [17] 147

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