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realiza alguna vez regresivamente: seyec 'jaiak' 4, seietan 'jaietan', beitode 'bai( t ) daude' 16 y ezbeizaquegu 'ez bai( t ) dezakegu' 17. Alguna vez la ñ inflexiona la a siguiente, como ceñecen 'zeñatzen' 34 y diríamos que también regresivamente en el sufijo -raño: escubicoreño 'eskubikoraño' 35. Hay casos en que la u abre la e regresivamente: naure 15, gauren 5, daus, zauden, en lugar de neure, geuren, deus y zeuden. Se percibe una tendencia a deshacer el hiato en caso como Jangoicue 28, biaz 'behatz' 33, biarris 'be( 1)arris' 13. Hay casos de diptongación: baigui 'begi' 3, y aiguieren 'egiaren' 61; cambio de diptongo en auñ 'oin' 13; monoptongación del diptongo au en o: beitode 'bai(t) daude' 35 y doquet 'daukat' 16, sin que ello impida que la segunda a de daukat se haya transformado en e. Se da aféresis vocálica en varios verbos: man por eman, raten de erran, zautu por ezautu y cusi por icusi. En cuanto a las consonantes, el grupo -zt- da siempre -st-, por ejemplo, ditustenac 40; igualmente, el encuentro de la partícula ez con una forma verbal que comience con d- da como resultado -st-: esta 'ez da' 67. No sabemos qué partido tomar en cuanto a la pronunciación de pala- bras como saio por jaio, saquitea por jakitea, etc., a que hemos aludido arriba al hablar de la grafía. Vemos en el verbo Y por d en direna por didena o didana 16; etc. MORFOLOGIA Diremos rápidamente los sufijos de la declinación nominal que puedan ser más significativos. El ergativo plural transitivo es -ek, como Apostoloec 35; el dativo plural es -egi, como Apostoloegui 14 -pero onogui 'onegi, a los buenos' 8; el genitivo posesivo es -aren, pero contrae muchísimas veces en -an, como etemoan 'eternoaren' 7; el instrumental es siempre -S, y de él se deriva -sko, como negarresco 3; el destinativo es -dako; el sociativo (e)eki, sin -n final; el adlativo -reño; -ganik más que -gandik; alternan gucietati y gucietatic; en lugar de -gati(k) se usa a veces -rgati(k): enzuteargati 68, comecaceargatic 68, etc. En cuanto a la morfología verbal, sólo aludiremos a la manera de for- mar el futuro. Como ya lo notó Bonaparte el siglo pasado, es llamativo que ese tiempo se forme a base del sufijo -ko, sin excluir el sufijo, esperado en este dialecto, -en, en el euskara de Puente la Reina. Esa su observación que- da confirmada por nuestro catecismo, donde encontramos ambos sufijos. En efecto, tenemos el esperado -en en estos casos: emanen 30, saquifien 37 e izein 'izanen' 25; y el llamativo -ko en emanco 16 y manco 'emanko' 8 y 18.

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