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TEXTOS EN VASCUENCE NAVARRO DE BAZTAN, NUIN Y URDAZUBI licas, Hermitas, sus Atrios, y Cementerios, de dia, y de noche, en Plazas públicas, y en los caminos, y despoblados: en que no pocas veces, y con mucho dolor nuestro, se mezclan tambien personas Eclesiasticas, y aun los preten- dientes de Ordenes al mismo tiempo, que las solicitan, de que hay bastantes exemplares; y aun de ser alguno, 6 algunosMaestros de Danzas, y de tener por Oficio el enseñarlas i personas de ambos sexos: Y adolesciendo de esta contagiosa peste, y mortal enfermedad la mayor parte de nuestro Obispado, deseando ocurrir á tan imponderables males, y daños espirituales, y tempo- rales, y descubrir 2 los Fieles estas estradas encubiertas, las mas seguras, y secretas de Satanas, y sus invenciones, y los estragos indubitados, 6 inevitables de la deshonestidad, y luxuria, y sacar á los Fieles de los crasos errores, en que viven ocupados en esta pesima diversion, opuesta A todas las Leyes, y á la razon, y en estos iniquos, 6 injustos expectaculos de Satanis, que son el origen, y la raiz de todos los pecados, y vicios, que reynan en los Pueblos; por lo que la Ley de este Reyno las llama Oficina en que sefraguan mzlchas ofensasde Dios con escandalo de los Pueblos: Para que no sea causa de la eterna perdicion de los Fieles nuestro politico silencio, ni se nos imputen en los ojos de Dios, del Mundo, y de los hombres, tantos, y tan perjudiciales abusos, por la permision, y tolerancia de ellos, complaciendonos mas de ver i nuestros Subditos tristes, y melancolicos, por la Penitencia, y cessacion de los bayles, y danzas, que de verlos alegres, divertidos, y enredados en estos seguros lazos de Satanis, é introducir en lugar de ellos la frequencia de Sacramentos, la mayor pureza de las costum- bres, y otras diversiones innocentes, y sencillas, proprias de cada sexo, ha- viendonos enseñado la experiencia no ser bastantes, sino infructuosas las bien acordadas providencias, y limitaciones, con que, sin desterrar los bayles, se ha intentado varias veces impedir sus abusos, y desordenes, como incompatibles dichas limitaciones, con la rusticidad, y grosseria de las personas de ambos sexos, que los executan, y no distinguen los limites de semejantesmoderacio- nes, y permisiones: obligados, y compelidos de semejantes desordenes, abu- sos, y excessos de los Fieles, y principalmente de nuestra propia conciencia, nos es preciso desterrar dichos excessos, abusos, y desordenes, como lo hacemos por medio de este nuestro Edicto, inclinandonos en él, en quanto lo permite la materia, i lamayor benignidad para con nuestros Subditos, persua- diendonos, será esta motivo mas poderoso, que el ultimo rigor con que A imitacion de tantos Principes, assi Eclesiasticos como Seculares, y de tantos Concilios, y Santos Padres, como usaron de 61, pudierarnos tratar este as- sunto, para que condesciendan con nuestros justos deseos; y mandar como mandamos en fuerza de precepto Eclesiastico, y pena de Excomunion mayor latae sententiae, en qzle ipsofacto incurran, y de cinquenta ducados, aplicados con- forme a concessiones Apostolicas, y con apercibimiento de que procedere- mos i lo demás, que aya lugar, que ningunas personas, de qualquiera estado, sexo, condicion, y calidad que sean, exerzan, ni executen dichos bayles piiblicos, y danzas de hombres, y mugeres, al tiempo de la Missa, Divinos Oficios, ó de noche, como ni en otro tiempo alguno en Atrios, 6 Cementerios de Iglesias, Santuarios, Basilicas, Hermitas, 6 en sus contornos, ni en caminos, despoblados, ni fuera de la Plaza, ni en encubiertos, Portales, Zaguanes, transitos, lugares ocultos, ni en parajes retirados, 6 estrechos. Y porque no alcanza esta cuydadosa providencia á remediar mas, que una muy corta parte de los desordenes, excessos, y extragos, que ocasionan, y causan los bayles,

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