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FRANCISCO ONDARRA reminiscencias de su juventudz2.Sencillamente, se había formado un modo de hablar propio de uno que tiene que y quiere acomodarse a sus evangelizados. Como anota José María SatrústeguiZ3, usa la h- en los demostrativos y en otros casos, mostrando cierta vacilaciónen su uso y hasta cometiendo errores, al colocarla donde no debe ponerse. Este fenómeno del uso de la h es un rasgo más bien de Euskal-Herria septentrional. Reminiscencias del dialectoquemamó en su infancia y practicó en exclusi- va hasta que fue a Pamplona a los veinte años y que volvió a practicar cuando atendió las parroquias de Iruroz ui e Imirizaldu, hallamos también en sus obras. Como en.sutierra, empleaa 1 rats y abrastu, cambiándolosluego, y entre líneas, a aberats y aberastu. Alguna vez usa -S final en lugar de -2, así: sburuz buru edo beguis beguim VI, 1,3; uontas landa»IIIa, 3,3 y IIIb, 3,4. A veces -zt- se hace -st-, como «pistutu» (sic) II,2,4; «usten»II,2, 5; «estire»IIIb, 3,2; eaberats arasteco* IIIb, 3, 3; «irabasten» IV, 2, 5; y algún caso más. En IIIa, 2,2 encontramos vildiac (con -di-), cambiado a bilduric en IIIb, 2, í ; y en VII, 3,2 vemos earequilan eta berequilan~.Ambos fenómenos apunta- rían hacia el dialecto bajo-navarro. Sabemosque Adoáin usó el Imposible Vencido de Larramendi, y es eviden- te que tambiénconoció suDiccionario Trilingüe, del que tomó bastantes voces. Cosa curiosa, hallamos tales términos en todos los sermones menos en IIIa y VIII, los escritos en otra grafía precisamente. Un argumento más a favor de la redacción en Uztaritze y no en Bayona de estos sermones, y también de los restantes, que habrían sido vueltos a escribir en este lugar a su regreso definiti- vo de América. Sí se encuentran en IIIb, es decir, que al volver a escribirlo introdujo estas palabras. En 1 tenemos beondatzen, de beondaztu 'contemplar', ecanza 'imagen' y lagunguida (sic -g-) 'compañía'; 11 cealdua, de cealdu 'azotar', awoiña 'colum- na de piedra', leguenartsu 'leproso' y mendaro 'resi nación'; IIIb ecanza de nuevo, mempeatic/mempeara, de mempea 'esclavitu 8 y margoa 'derecho, jus ad rem'; IV ecanza otra vez, icengaña 'apellido' y cutuna 'escapularioa' (en traducción deAdoáin);Vaitun semea 'noble', nasbaguetu 'fulminar', sortizga- raya 'sobrenatural', banaitá 'diferencia', Ypentzatu 'suponer', eraguillea 'efi- caz', aldatze 'mudanza', gueitea 'lujo' y jaunditasun 'grandeza de señores'; VI aguinte 'comando, comandamiento' ('ley' en Adoáin), gainquidatu 'conven- cer' y egobía 'indiferencia'; VI1 bidastia 'distancia' y etsigoaz (?) 'desespera- tuaz' (en traducción deAdoáin). Casi siem re da otro término más asequibleal P público, unido al de Larramendi mediante aconjunción edo. Por otra parte los términos mencionados van siempredentro del texto; no entre líneas y añadidos posteriormente. Terminaremos esta introducción con un agur de despedida, aunque el P. Esteban diría más bien adio. En efecto, ambas palabras aparecen claramente diferenciadas en sus escritos que comentamos. Siempre que se refiere a la salutación angélica emplea agur como saludo: 22. Padre Gumersindo de ESTELLA, Historia y EmpresasApostólicas del P. Esteban de Adoáin, Pamplona, 1944. Ver las pp. 412's~. 23. José María SATRÚSTEGUI, Adoain-go Esteban agurgarriamn esku-iskribu bat, en ~Fontesn, X, 1978, pp. 299-306. Ver la p. 304.
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