BCCCAP00000000000000000000297

Otz gogor egin, Kasta gaixtoa Jaungoikoak lapurretako ziñua eman dizazula. Resistir el frío, casta malvada. Que Dios para el oficio de hurtar el signo te de. Cuánta fórmula supersticiosa corre aún hoy en boca de nuestros al- deanos: deprecaciones encaminadas a obtener la salud o a evitar desgra- cias. Por ejemplo, la que existe en Maya, donde se cree que si dan en el reloj las once al tiempo de la consagración, habrá un difunto; y que, para evitarlo, es preciso tomar agua bendita de tres aguabenditeras distintas, de tres parroquias, en comenzando a dar las doce y antes que terminen de so- nar. O aquella otra de Lesaka, en que para curar a un niño herniado se le ha de llevar a una arboleda el día de San Juan, a las doce de la noche. Hecha una cortadura en un árbol o planta, por ella han de pasar al chico entre tres hermanos ( o tres de nombre Juan). El primero dice: To Juan (ten, Juan). El segundo: Ekarrak Juan (tráelo Juan). El tercero Artzak, Juan (tómalo Juan). Si el árbol, cura, sanará el chico. Esta ceremonia es casi idén- tica a la usada en Traz-os-montes y Beira (Portugal), según nos lo dice Teófilo Braga en el 11 volumen de su obra O Povo Portuguéz. Li-Li- Qué de supersticiones religiosas corren en boca de los aldeanos. Juan Bautista Aguirre, en sus Platikak, nos dice: «Hay quien cree que si al terminar la misa queda el libro o misal abierto, las brujas no pueden mo- verse del lugar en que se hallan y es fácil cogerlas*. En Baztán me dijeron que, si dentro de la pila del agua bendita se colocan siete piedras, tres en posición horizontal y cuatro en vertical, las brujas no pueden salir de 'la iglesia. Qué de supersticiones, en que no es más pródigo el pueblo vasco que cualquiera otro, ni más la gente sencilla que cierta clase culta. Una de las materias en que más arraigada aparece la superstición po- pular es la relativa a la medicina. Os diré dos o tres ejemplos solamente, por ser característicos y estar muy extendidos. Quien se dedica a recoger vestigios folklóricos, en tratando de saber qué fórmulas guarda el pueblo para curar ciertas dolencias, tropieza casi siempre en primer lugar con el modo de signar las angaillas o gangaillas (escrófulas). No diré toda las variantes de esta fórmula medicinal; me limitaré a alguna que otra. Un sacerdote de Labayen, a quien escribí años ha pidiendo detalles , acerca de estos ritos, me decía: «Para persignar angabillas se toman en la

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz