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P. JosÉ ANTONIO DE DONOSTIA Yaunen aurrera. Yestís, San Migel, Yaun San Grabiel, San Yosepe. Yesukristo gure Yauna, lotara noa. Lotan iltzen banaizu, indatazu argie, ameka mila aingiruekin, otoi, guziok argiekin. a la presencia del Señor. Jesús, San Miguel, Señor San Gabriel, San José, Jesucristo nuestro Señor, me voy a dormir. Si me muriere durmiendo, alúmbrame, con once mil ángeles, por favor, todos con luces. Proviene de Elizondo esta oración que acabáis de oír. Es curiosa la persistencia de pedir que a la hora de la muerte asistan miles de ángeles con luces. Y es también curioso que. algunas oraciones ofrecen carácter supersticioso. Y hay veces en que se conmina a quien las sepa a enseñarlas a otros; si no lo hace, será señalado en el día del Juicio. Veamos una: Aingeru guardiakoa, eskuñeko aldekoa, guarda nazazu etsaien eskuetarik. Orai guardatu, gero presentatu Yaunaren aurredn. Paradisu juatian, San Mi g e h gana, lotar~koan, lo nagolaik, nai baldin beartzen banaiz, zere ameka mila birginekin, zere argizeri xuri bedeikatuekin. Amen. Yesus. Dakienak, eztakienari erakustea dena obra miserikordiozkoa. Zkesi aldezakenak ezpadu ikesten, izanen dela azEen Juirioko egunian señalat ua. He aquí otra fórmula: Angel de la Guarda, el del lado derecho, guárdame de las garras de los enemigos. Ahora guárdame, luego preséntame delante del Señor. Al ir al Paraíso, hacia San Miguel, al ir a dormir, en estando dormido, si necesito de tí, con tus once mil vírgenes, con tus candelas blancas bendecidas. Amén Jesús. Quien esto sabe, enseñar a quien no [lo sepa es obra de misericordia. Quien, pudiendo, no lo aprende, será señalado en el día del Juicio Final. Aita, guardazazu nere etxea. 'Sem'a, guarda razu nere gmtzia. Padre, guarda mi casa. Hijo, guarda mi acostar.
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