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desmaiatzen ba'naiz, akordátzera; zere ameka mille Birgiñekin kandela bedeikatuekin argitera. si pierdo el conocimiento, para reco- [ brarme; con tus once mil Vírgenes, a alumbrarme con candelas bendeci- [ das. Alrededor de un fondo común, el pueblo festona, ornamente sus deci- -res de manera que resulta muy difícil determinar cuál sea la versión primi- tiva. De ahí precisamente el encanto que representan las cosas populares: su versatilidad, su cambiar es uno de los mayores atractivos del folklore. He aquí una versión distinta de la que acabo de leeros: Yesus yaikitzean, Yesus etzatean, Yesus sur daiela nere biotzean. Yesus dut aite, Birgina ori ama, Apostolo osaba Yoan dela Migel . Aingeru Guarda. Iru ziller gurutz, lau Santa Gurutz. Aingeruek gure itxer~, gure itxekuak lo eitera. Yesus nere biotzeko maitea betor nerekin etzitera. Jesús al levantarse, Jesús al acostarse, que Jesús entre en mi corazón. A Jesús tengo por padre, la Virgen por madre, los Apóstoles, tíos, San Miguel es Angel de la Guarda. Tres cruces de plata, cuatro Santas Cruces. Los Angeles a nuestra casa, los de casa, a dormir. Que Jesús amado de mi corazón venga a dormir cgnmigo. A quien haya trabajado un poco en estas materias populares no le han de sorprender estos encuentros o intromisiones de unas estrofas en otras. Oigamos, por ejemplo, ésta que comienza así: Yinkoa dut aite, Ama Bergiñe ama, Aingiruek Exua, Apostoluek osaba. Yaun San Bartlolomé enkmendatu Aingiru guardiakoa, guarda nazazu gaixtoen podoriotik, ni ola guardatu. Zeruko etxera Tengo a Dios por Padre, la Virgen es mi Madre los Angeles mi tía, los Apóstoles mi tío. Señor San Bartolomé, encomendar. Angel de la Guarda, guárdame del poder de los malos, guárdame así. A la puerta del cielo,
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