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DOS PLATICAS EN VASCUENCE DEL SIGLOXVIII ben, 1, 2, 3; (ura) zuben, 1, 5, 2; (arc) zuben, 1, 2, 3; Zubec ... zeuren, 1,4,2; (zubec) ceuren, 1,4, 2; 2, 11, 3; (zubec) (acusativo) zeuren, 1, 5,2; 2, 1,2. 4. Alguna observación sobre la declinaciónnominal. Nos llama la atención la forma extraña de formar los casos que emplea de vez en cuando el autor. 4.1. Uno no espera asco Christabarenestadua, 1, 5 , 2, ni tampoco cer es- pirituarequin, 1 , 2 , 3 , ni berce gañeraco obligacioaren gañean, 1,3. 4.2. Tampoco se espera eisai oquen guztian contra, 2,6,4; o Bienaventu- ratu guztian contra, 2, 13. 4.3. Comienza la desinencia de caso con una a en lugar de la e en pasco egubewiatacoan, 2, 10, 1; sermoiatara, 1, 3; (pero becatuetara, 2, 6,2); baster guztiatan, 2, 7, 1; becatu mortal guztiataric, 2, 3, 1 ; medioric seguruenataric, 2, 6, 1. 4.4. N o cambia la -a final en e, en gure animatan, 2,9,3; demboratan, 1, 3. ii. Algunos puntos de morfología verbal. Se exponen la formación del futuro, algún caso aislado de supresión de la -n final en el pasado, el comportamiento del participio combinado con deter- minados tiempos y, finalmente, consideramos brevemente los tratamientos. ii. l . Los verbos cuyo participio termina en las consonantes -n o -1añaden la desinencia -en para la formación del futuro, salvo en tres ocasiones, que son izango, esangoy emango. Estas tres últimas formas solo aparecen una vez cada una, frente a la mayor frecuencia del sufijo -en para la formación del fu- turo de esos mismos verbos. Encontramos izanen, 1, 6; 2, 3, 3; etc.; esanen, 2, 4,2; etc.; emanen, 1, 2, 3; emanen, 1, 6 ; 1,7, 1; eranzunen, 2, 1,2; egonen, 2, 2, 3; juanen, 2, 4, 4; eguiñen, 2, 5, 2; e illen, 2, 2, 2. Y emango, 2, 11, 1; Esango, 2, 9,4; izango, 2, 12. ii. 2. Sólo una vez encontramos el pasado construido sin la -nfinal, tal vez por olvido, y es en guelditu cira, 2,7, 1. ii.3. El participio de los verbos terminados en -tu o en -i, pierde esa ter- minación cuando el verbo se conjuga en imperativo, subjuntivo o potencial. Así, Cantaziguzcuzue 'cantate nobis', 1, 5, 2; aprovechadiezazuen, 1, 2, 3; aplicadaquioque, 1, 4,2; sar zatezte, 1, 5 , 2; arzazube, 2, 2, 3; y Ecus-zazue, 2, 7, 1 ; iducazquizu, 1, 7, 1; aguer nadien, 2, 13; ifin nazazun, 2, 14; Iracor- dezaquezue, 2,3,1. N o se omite cuando el participio está en segundo término, como en eza- tazela asustatu, 1, 6 (solo hemos hallado este ejemplo). Tenemos también ur- bil didadien, 2, 13, que podría ser urbildu dadien, como expresamos en el apartado en que alineamos las flexiones del verbo; o tal vez una confusión en lugar de urbil dadien. ii.4. En una oportunidad encontramos el tratamiento de berori, o más exactamente, el de ori, dirigiéndose a Dios, a quien se le llama Jauna. Vea- mos: Ez ta asco guretaco Jauna owec berac convidagazan bere maiera.. . ?, 2, 11, 3.

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