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99 Historia eclesiástica y civil de la célebre ciudad de Ceuta Capítulo XI Defensas de Ceuta; desarrollo de las conquistas de los portugueses en el norte de África Desde que los mahometanos invadieron España con la apariencia de auxi- liadores, y derribaron traidoramente la monarquía visigoda, el pueblo español de todas las regiones de la Península, se propuso reivindicar España para los españoles, reconstituir la unidad nacional sobre la unidad de la fe católica, la monarquía y la integridad territorial desde el cabo Finisterre en Galicia “has- ta los últimos límites de la Galia gótica, y desde Irún hasta los confines de la Mauritania Tingitana y goda, y expulsar a los hijos de los invasores si no podía catolizarlos y españolizarlos”. ¡Noble ideal, ideal sublime, glorioso, digno de un gran pueblo! Esta era la bandera de los cinco estados en que se dividió el pueblo español por la fuerza de las circunstancias en el curso, siete veces secular, de la Reconquista. El reino lusitano, rama desgajada del frondoso árbol de Castilla y León, más por intrigas galicanas que por otra causa, no obstante haber perdido su amor a la unidad política nacional de España de la que siempre, desde la domina- ción romana, había sido parte integrante, conservó el amor a la unidad católi- ca, el deseo de extender los dominios del Evangelio de Jesucristo, y el odio al mahometismo. Impulsado por estas nobles ideas y sentimientos D. Juan I de Portugal con motivo de la piratería de que Ceuta era entonces un gran foco, concibió y realizó la toma de esta Plaza con el feliz resultado que ya hemos visto y que tanto alegró a toda la cristiandad.

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