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9 Historia eclesiástica y civil de la célebre ciudad de Ceuta La lectura de esta Historia de Ceuta es fácil. Podemos considerar que Ros Calaf, por su formación, es un verdadero historiador a la manera moderna – con los condicionantes propios de su tiempo, formación e ideología– y así, ade- más de la recopilación de datos, hay en su exposición cierta crítica personal, siempre cargada de lógica. Además, su visión de los templos, muy preocupada por el estudio del patrimonio, conforma hoy una verdadera joya para el histo- riador, así como un placer para el lector. La orden capuchina en España Antes de adentrarnos en la biografía de Salvador Ros y Calaf, debemos ha- cer, al menos, una mínima semblanza de la orden capuchina y las vicisitudes en las que se vio envuelta, principalmente durante el siglo XIX. Lo creemos necesario para entender la razón por la que la profesión en ella obligaba a salir de España en los tiempos de Ros y cómo el sueño de buena parte de sus com- pañeros de hábito era volver al País y ver de nuevo abiertas sus casas. La orden capuchina surge en Italia en 1525 como una escisión de los francis- canos observantes, siendo canónicamente erigida por bula de Clemente VII de 1528, concediéndoles vicario general propio. Deseaban profundizar en la vida contemplativa y del estudio, sin abandonar la labor pastoral en las parroquias. Convertidos en una orden independiente en 1619, gracias al Papa Pablo V, que les concedió tener ministro general, obtuvieron una autonomía que no tenía ninguna otra rama franciscana. En España tendrán muy difícil su implantación, ante la oposición de Carlos I como de Felipe II, quien llegó a pedir al Papa Pablo III que no permitiera su entrada en el Reino. El papa cedería a sus peticiones prohibiendo a los capuchi- nos, en 1537, expandirse más allá de los Alpes, lo que frenó su expansión hasta 1574 en que dicha prescripción fue derogada por Gregorio XIII. En 1578 comienzan a entrar tímidamente por Cataluña, extendiéndose rápi- damente, gracias a la independencia jurisdiccional que Aragón tenía respecto de Castilla 20 . Sin embargo, ese crecimiento no fue bien visto por la Corona, promulgando Felipe II una real cédula por la que prohibía nuevas fundaciones. A pesar de que en 1603 Clemente VIII proclamó la libertad de los frailes a fundar nuevos monasterios, es lo cierto que la oposición de los franciscanos 20.- HERNÁNDEZ SOTELO, Anel. “¿Quiénes son los capuchinos? Aportación historiográfica sobre los orígenes de una reforma franciscana”, Graffylia, Revista de la facultad de filosofía y letras, Nº 10, 2010, pp. 117-132.

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