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73 Historia eclesiástica y civil de la célebre ciudad de Ceuta con grandes pérdidas, y embarcándose en Almería regresó a Mauritania. Poco después, en 1090, volvió a Ceuta donde embarcó por tercera vez para su plaza de Algeciras, y desde allí se dirigió hacia Toledo. En esta nueva campaña no fue acompañado de los emires mahometanos españoles. Esta significativa circunstancia, y disgusto que le causó el nuevo fracaso sufrido en los campos de batalla, le hicieron sospechar de la fidelidad de los emires y resolvió vengarse de ellos. De las regiones de Toledo se encaminó ha- cia Granada, y allí prendió a su emir Abdallah y a su hermano Themin que lo era de Málaga, y con toda su servidumbre los mandó a Ceuta y de Ceuta fueron conducidos en calidad de presos a Agmat de Marruecos donde murieron. Poco tiempo después volvió Jussuf a Ceuta y a Tánger dejando en Granada a su segundo Abu Bekr y de nuevo regresó a España con un poderoso ejército que embarcó también en Ceuta. Entonces emprendió la conquista de la España mahometana destronando a todos los emires que no se le quisieron someter a las buenas. Al Motamid que lo era de Sevilla y el más poderoso de todos, el mismo que con tanto empeño había solicitado la intervención armada de Yussuf en España fue preso y enviado a Agmat de Marruecos donde murió desterrado. Tan decisiva y feliz fue esta campaña de Yussuf que en 1091 toda la España mahometana, excepto el emirato de Zaragoza, estaba en su poder, como también las Baleares, pues hasta ellas extendió la guerra con sus naves y ejércitos y formaron parte integrante del imperio de Marruecos. El emirato de Zaragoza que entonces aún comprendía, entre otras ciudades y regiones, las de Medinaceli, Calatayud, Daroca, Huesca, Tudela, Barbastro, Lérida y Fraga fue respetado por Yussuf, pero el victorioso emperador hizo alianza con el emir de ZaragozaAbu Giatar que dueño también de los Alfaques, Tortosa y Tarragona, mantenía un comercio muy activo de importación y ex- portación con las regiones de Levante, y con las ciudades de la costa africana desde Trípoli hasta Ceuta y Tánger inclusive. Terminada la campaña con tan felices resultados, regresó a Andalucía con sus dos hijos Abu Tahir Temin y Alí Hassan y en Córdoba hizo que éste fuera reconocido y jurado futuro emperador del imperio almorávide en España y en África. Arreglados todos los asuntos regresó a Ceuta donde enfermó al poco tiempo de haber llegado, y de aquí fue conducido a Marruecos, y allí falleció en 1107 de la era cristiana, a los cien años de edad y a los cuarenta de reinado. Con motivo de la enfermedad de Yussuf, su hijo Alí Abu Hassan que ha- bía quedado en Córdoba, vino a Ceuta de paso para Marruecos, y proclamado allí emperador a la muerte de su padre regresó a Ceuta y, habiendo pasado a

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