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63 Historia eclesiástica y civil de la célebre ciudad de Ceuta y sabio pontífice San Gregorio I el Grande que gobernó la Iglesia desde el año 590 al 604 se preocupó mucho del renacimiento donatista; para su represión dirigió sus letras apostólicas al emperador Mauricio; a sus exarcas residentes en Cartago, Pantaleón, Genadio e Inocencio, a Domiciano obispo de Cartago y primado de África y a todo el episcopado de África. Deseaba el Sumo Pontífice que se reuniera un Concilio general y que el cisma donatista fuese reprimido a tenor de las leyes eclesiásticas y civiles, de modo que se extinguiera, y sus secuaces entraran en la unidad de la Santa Iglesia Católica, apostólica romana, pero no aprobaba de plano las penas decretadas contra los negligentes y des- cuidados en la represión de tan sedicioso y pertinaz cisma, porque la gravedad de dichas penas no estaba bastante proporcionada con la culpa que envuelve el descuido y la negligencia. Desde que Ceuta (con Tánger y sus territorios) pasó al dominio de los go- dos, no hubo en ella más culto público que el católico. La ley de Recaredo en or- den a la unidad católica, aún bajo el punto de vista político y civil, fue siempre una ley inviolable, aplicada con más o menos rigor, hasta D. Rodrigo inclusive, en toda la monarquía visigoda. Donde quiera que se dieran casos de idolatría era perseguidos. Ni a los judíos, ni a los cristianos disidentes se les permitían la manifestación pública de sus errores. Lo mismo sucedería en toda la parte de la Tingitana dominada por los reyes de Toledo. No pareciendo cosa bastante probable que hubiera obispos, ni en Ceuta, ni en Tánger, ni en otra población alguna de los dominios godos en esta parte de África. El clero y pueblo católico de esta parte de África estaban gobernados por el obispo más inmediato, que era el de Asidonia, sucesor de San Esiquio, primer obispo de Carteya, situada en las aguas del Estrecho de Cádiz, fuese Tarifa, fuese la ciudad cuyas ruinas existen aún, no muy lejos de Puente Mayorga como ya queda dicho; y de los obispos mártires Epictacio y Basileo, si es cierta la opinión de los que los hacen obispos del Carteya gaditano. Resumamos lo hasta aquí dicho, presentando la duración que han tenido las diversas dominaciones que han pasado por Ceuta. Si fue fundada en tiempos algo cercanos a la invasión de Palestina por los israelitas, unos 1500 antes de Jesucristo, puede calcularse que fue fenicia y cartaginesa hasta que los romanos echaron de España a los cartagineses y destruyeron Cartago, unos 205 años antes de Jesucristo, por tanto perteneció a los fenicios unos mil doscientos no- venta y cinco años. Fue romana, desde 205 años antes de Jesucristo, hasta el año 428 de nuestra era cristiana, es decir, unos seiscientos treinta y tres años; vándala desde el 428 hasta el 533, esto es, ciento cinco años; romano-bizantina desde el año 533 hasta los últimos tiempos de Suintila, o los primeros de Sisenando, cosa que no
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