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50 S alvador R os y C alaf En la biografía de San Agustín 101 , escrita por los PP. Benedictinos de la Congregación de San Mauro y publicada con las obras del santo doctor en 1700, en su capítulo XIII, se habla de un Concilio celebrado en Cesarea de Mauritania, al que asistieron, entre otros el mismo SanAgustín, obispo de Hipona, SanAlipio de Tagasta, San Posidio de Calama, Rústico de Cartena y Paladio de Tagabita. ¿De qué se trató en este Concilio? No se sabe. ¡Tan incompletas son sus actas! En el capítulo X de la citada biografía se afirma que en el año 411, cuando Marcelino vino al África por orden del emperador Teodosio con el fin de que se reuniera una conferencia de obispos católicos y obispos donatistas para ver si así se lograba restablecer la paz religiosa y civil tan hondamente perturbada hacía ya un siglo, había entonces en las seis provincias eclesiásticas africanas, cuatrocientas sesenta y seis sedes episcopales católicas. Para la conferencia se reunieron doscientos ochenta y seis obispos católicos; quedaron en las provin- cias ciento veinte y había sesenta sedes episcopales. Ignoramos el nombre de estas, y no consta firmaran las actas los doscientos ochenta y seis obispos pre- sentes, por lo mismo ignoramos sus nombres y el de sus sedes, como también los de los ciento veinte que no asistieron. No sabemos sino que los católicos eligieron por su parte a los obispos Aurelio de Cartago, Agustín de Hipona, Alipio de Tagasta, Vicente de Calusita, Fortunato de Constantina, Fortunaciano de Sicca y Posidio de Calama, para sostener la discusión; para consiliario Novato de Sitife; para custodios de las actas a Dentereo de Cesaea de Mauritania y León de Opta o como leen otros de Mopta. Y que los cismáticos y herejes donatistas eligieron por la suya a los obispos: Primiano de Cartago, Petiliano de Cyrta, Emérito de Cesarea de Mauritania, Protasio de Tubina, Montano de Zama, Gandencio de Tamugada y Diosdado de Milevi para sostener la discusión, de la que no salió la paz. Con tales deficiencias ¿cómo es posible resolver la cuestión objeto de este capítulo? Si la Iglesia africana no hubiera desaparecido se conservaría la tradi- ción eclesiástica y por ella se sabrían muchas cosas que ya no se sabrán nunca; pero con la desaparición de la Iglesia católica africana y la del imperio romano bizantino, todo ha quedado incierto: Los límites de las provincias civiles y los de las provincias eclesiásticas; se ignora el asiento de la mayoría de sus famosas ciudades, como el de Bizancio, Sitife, Hipona, Milevi, Ruspa y hasta el de la misma Cartago a punto fijo. ¿Y el de Julia Cesarea? Para unos es el lugar don- de se levanta ahora Argel; para otros donde estuvo Bugía, y no faltan quienes creen que es el de la actual Túnez. 101.- BENEDICTI, Sancti Aurelii Augustini opera omnia, studio monachorum ordinis, 11 tomos, Paris 1679-1700.
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