BCCCAP00000000000000000000272

42 S alvador R os y C alaf ser que esto fuera así en alguna época de la dominación romana, pero que lo fuera en todo el tiempo de su dominación es insostenible. Si alguno de los an- tiguos escritores ha llamado a Ceuta “Cabeza” de la Tingitana puede muy bien ser que no la haya llamado así en el sentido de metrópoli o capital, sino en el de “principio”, como cuando Ptolomeo llama a Toledo “Cabeza” de la Carpetania, no quiso significar que fuese su capital, sino el “principio” donde comenzaba la región carpetana, y así se dice también que “Segobriga” (Segorbe) es cabeza o principio de la Iberia. Aparece esto más claro y cierto si se tiene en cuenta que, desde el octavo emperador romano Salvio Otón hasta Constantino el Grande no fue considera- da la Mauritania Tingitana como provincia distinta de la Bética, sino como su parte integrante. Chenier en el primer tomo de la Historia de Marruecos 92 asegura que el em- perador Claudio (no dice si fue el primero o el segundo de este nombre) en los principios de su reinado mandó un ejército a la Mauritania bajo las órdenes de los generales Suetonio y Hodosio quienes lucharon victoriosamente con- tra los mauritanos acaudillados por los Salaves, en términos que Roma dilató mucho sus dominios en este país. Y si bien es cierto que Julio César habla de la Mauritania Cesariense y de la Tingitana, debe entenderse que no la distingue en sentido administrativo, sino en el geográfico que tomaban sus nombres res- pectivos de Cesarea y Tánger. Desde Salvio Otón hasta Constantino el grande, esto es, hasta principios del siglo IV de la era cristiana, es un hecho histórico que la Tingitana formó, bajo el punto de vista administrativo, parte integrante de la Bética. Cuando el mencionado Constantino hizo una nueva división civil de España la divi- dió en seis provincias: Tarraconense, Cartaginesa, Bética, Lusitana, Bracarense y Tingitana, siendo sus capitales respectivas: Tarragona, Cartagena, Sevilla, Lisboa, Braga y Tánger. Esta división subsistió hasta la caída del imperio ro- mano, de modo que si Ceuta fue capital de la Tingitana debió ser en tiempos anteriores a Salvio Otón. El hecho cierto es que Ceuta tenía municipio, y que dependía del Convento jurídico de Cádiz. Bajo el punto de vista militar compartía con Tánger, Arcila y Larache el honor de ser uno de los principales núcleos del ejército romano que amparaba los destacamentos y colonias militares diseminadas en la Tingitana para consolidar y extender los dominios de Roma en esta región africana, dominios que hoy día no podemos saber hasta dónde se extendían de una manera permanente. 92.- CHENIER, M. Louis de. Recherces historiques sur les maures et histoire de L’empire de Maroc, Paris, MDCCLXXXVII.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz