BCCCAP00000000000000000000272

288 S alvador R os y C alaf de precepto, sólo se preceptúa que se celebre en la ermita entonces de nuestra señora de África la fiesta de nuestra señora de las Nieves. En estos mismos esta- tutos manda Su Ilustrísima que la fiesta de los siete mártires de Ceuta se guarde en su día 10 de octubre, y que se haga en su honor una procesión general: en el modo de expresarse parece que antes no se hacía, y que él la instituye para mayor brillo y solemnidad de la fiesta de los santos patronos 472 . En 1686 el Ilustrísimo Señor Ibáñez de la Riva en santa Visita hizo una re- ducción de fiestas y no dejó más que las siguientes: San Matías, san José, san Felipe y Santiago, la Santa Cruz, san Fernando, santa Ana, nuestra señora de África el 5 de agosto, san Lorenzo, san Bartolomé, san Agustín, san Mateo, san Miguel, los santos mártires, los santos Simón y Judas Tadeo, san Andrés, la Inmaculada, santo Tomás, san Esteban, san Juan Evangelista, santos Inocentes y san Silvestre; total siete menos; pero instituyó la de nuestra señora de África. Su antecesor el ilustrísimo señor Porras en su pastoral Visita de 1683 había hecho una supresión radical de fiestas, de suerte que, fuera de las comunes, no dejó más que dos: la de los santos mártires, y la del 9 de febrero en honor de nuestra señora de África, instituida por el Voto de la Ciudad en 1651, con motivo de la epidemia que la diezmó 473 , estando la sede episcopal vacante por fallecimiento del ilustrísimo señor Gonzalo de Silva, ocurrido a 26 de febrero de 1645. Pocos años pues duró esta fiesta con carácter preceptivo, en cambio la obligación de ayuno el día 8 de febrero subsistió hasta 1702 en que fue suprimi- da por el ilustrísimo señor Vidal Marín. Con motivo de la peste bubónica que desde junio de 1743 dejó despoblada esta Ciudad, el Muy Ilustre Ayuntamiento suplicó al señor obispo D. Martín de Barcia que se renovara o ratificara el voto de ayuno y fiesta que por análo- go motivo se hizo en 1651. Su ilustrísima contestó con fecha 25 de febrero de 1744 que difería acceder a la súplica por no haber igual petición del clero y del pueblo, y porque no estaba autorizado por la Santa Sede para instituir nuevas fiestas. Así quedó este punto y no se restableció la antigua obligación. De la fiesta llamada del Voto no quedó más que la solemnidad exterior. En la misa solemne se lee la propia de la Purificación sin que se sepa la causa de esta ano- malía litúrgica. 472.- Hay que tener en cuenta que León X había autorizado su culto en unas letras apostólicas de 22 de enero de 1516. 473.- JARQUE ROS, op.cit., p. 204 dice que la ciudad hizo el voto ante el miedo de que la epidemia, muy virulenta en la Península, llegara a Ceuta, lo que no ocurrió, sirviendo para el reconocimiento de la protección de la Virgen sobre la población.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz