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285 Historia eclesiástica y civil de la célebre ciudad de Ceuta Por los datos dispersos que hemos podido recoger, el asiento de esas co- fradías era el siguiente: en la Catedral radicaban la del Santísimo Sacramento, Jesús, Purísima, Ánimas y S. Antonio de la Ciudad; en África la de África; en Ntra. Sra. del Socorro la Real Hermandad de Ntra. Sra. de la Misericordia des- de que perdió su primer domicilio en Santa Isabel primero y S. Blas después; en S. Juan de Dios la de San Juan de Dios y la del Carmen; en la Trinidad Sta. Bárbara, Santiago, Victoria y la Congregación de S. Miguel de los Santos; en San Francisco la Orden Tercera y la Escuela de Cristo 468 ; en los Remedios la de Ntra. Sra. de los Remedios, Consolación, Rosario, S. José y S. Pedro; en la del Valle la del Valle, y la de S. Antonio de la Almina en la ermita de su nombre, situada en el Hacho. De las demás lo ignoramos, pero suponemos radicarían en las ermitas de sus nombres, y la de Guadalupe en Ntra. Sra. del Socorro donde se veneraba su imagen, según se ha dicho más arriba. Todas ellas tenían bienes más o menos cuantiosos: las más ricas eran las de Ntra. Sra. de África, Rosario, Remedios, Santísimo, Ánimas y S. José, y más que las cuatro últimas la Real Hermandad de Misericordia y la Venerable Hermandad de S. Pedro Apóstol, única formalmente reconocida por el Estado cuando suprimió todas las demás en 1841; la del Rosario sólo lo fue de un modo provisional. La de Ánimas pudo haberse salvado erigiéndose en Concordia de beneficencia, de ella cuidó la Venerable Hermandad de S. Pedro durante mu- chos años. Por los libros de esta última tenemos noticia de una lámina de 7000 reales emitida a favor de la cofradía de S. José, y de otras de más de 59.000 a favor de las cofradías de Ceuta. Son la prueba auténtica del reconocimiento de una deuda sagrada, pero no se ha cobrado nunca nada, ni se cobrará, con irreparable daño de las cargas espirituales para vivos y para difuntos, vinculadas a los bienes tem- porales de que fueron despojadas las dichas cofradías, bienes de que los 66.000 no son sino una parte muy exigua. También a la Venerable Hermandad de S. Pedro le han sido robados muchos, gravados con cargas espirituales. Enormes injusticias son estas hacia los vivos y hacia los difuntos. No puede negarse que las cofradías prestaron muy buenos servicios a la Religión, ya por las prácticas cristianas que promovían y sostenían, ya por lo que contribuían al culto público. La del Santísimo y la de Jesús costeaban en gran parte los gastos de Semana Santa, del Corpus y su octava en la catedral; la de la Purísima, que recibía de S.M. el Rey un donativo anual de 957 reales, los de su fiesta y octava en la misma catedral; la de Animas, la solemnidad de 468.- Como ya se ha mencionado, la Escuela de Cristo radicaba en la Parroquia de N.S. de los Remedios.

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