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264 S alvador R os y C alaf que por eso no era visitada. La causa de esta exención es el haber sido ampliada la primitiva capilla de dicha advocación por cuenta del tesoro público y si bien después aparece visitada por el diocesano como las demás iglesias, es porque el Ilmo. Sr. Solano aconsejó a Carlos III retirase el privilegio de exención así a la Hermandad como a su iglesia, que desde mucho tiempo se llamaba de la Misericordia. Los sucesores del Ilmo. Sr. Solano visitaron la iglesia, pero no la Real Hermandad, lo cual prueba que Carlos III no accedió sino en parte a los deseos de S. Ilma. Los recursos con que contaba para atender a los piadosos y benéficos fines de su institución procedían de la subvención del Estado, los legados, los dona- tivos y las limosnas mensuales que recogían. El Rey Felipe IV en atención a las pérdidas que la Real Hermandad había sufrido con la revolución separatista de Portugal, le concedió 500 pesetas anua- les. Estas pérdidas de que quiso el monarca indemnizarla eran, según todas las posibilidades, los 30.000 reis de juro sobre la sisa del pescado en Lisboa que le había legado D. Francisco Andrade Pacheco, contador y general que fue de Ceuta, y los 7.000 reis sobre la renta que el duque de Beira tenía en Torres Novas, así consta por documentos que existen en el archivo del Rdo. Cabildo de esta S.I. Catedral. Esos 37.000 reis XLI los perdió en 1639. Más adelante el Rey otorgó a la Real Hermandad de Ntra. Sra. de la Misericordia otra renta anual de 2.650 reales. Devotos hubo que le hicieron legados de consideración. Doña Alfonsa González le asignó 50 ducados anua- les. Era propietaria de numerosos y crecidos censos. Para formarse idea de los recursos con que contaba no hay más que fijarse en la Visita canónica que le hizo el Ilmo. Sr. Solano con autorización de Carlos III. A pesar de lo mucho que perdió durante el sitio de los treinta años, y a consecuencia de ocultaciones y otras causas, en 1774 sus fincas le producían 200 ducados anuales, tenía un cré- dito contra el Estado de 94.478 reales por terrenos que le habían tomado para cuarteles, y la renta anual que producían las pías memorias que estaban a su cargo ascendían a 6.415 reales. El Estado no le pagó los 94.000 y pico de reales, que eran 36.692 de capital importe de los terrenos y 56.686 importe de la renta de 70 años, pero le abonó más de la mitad. Con una buena administración de la Real Hermandad de Ntra. Sra. de la Misericordia habría sido una corporación de primer orden en Ceuta, y habría hecho un bien muy grande, mucho mayor del que hizo. Desgraciadamente esta administración faltó. Los despilfarros y otros desórdenes denunciados a Carlos III resultaron ciertos y probados en la Visita canónica que duró cuatro años, desde 1774 a 1778. El número de misas atrasadas se elevó a 21.000 y en

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