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262 S alvador R os y C alaf jeto de recoger en ella a pobres y enfermos, y en 1572 siendo obispo de Ceuta y Tánger el Ilmo. Sr. Cuaresma, y comandante de esta Plaza D. Manuel Meneses, marqués de Villarreal esta casa fue cambiada por otra situada junto a la cate- dral, y con el mismo objeto, pues esta Real Hermandad tenía por objetivo redi- mir cautivos, socorrer a los pobres, recoger los niños expósitos y los huérfanos, asistir a los enfermos y ajusticiados como también hacer celebrar misas para eterno descanso de sus almas, es decir, ejercer todas las obras de misericordia corporales. El año 1776 el Ilmo. Sr. Solano le dio nuevos estatutos, pero por eso no se varió su objetivo, y el comandante general siguió siendo el proveedor nato de la Real Hermandad, su Mesa constituida por los señores más distingui- dos, y la gran mayoría de los hermanos formada por los más notables caballe- ros militares y civiles. Llevaba el registro de los expósitos, huérfanos y ajusticiados, el de testa- mento de estos últimos, el de memorias pías confiadas a su celo y expedía los correspondientes certificados. No hay para qué decir que llevaba sus libros de acuerdos, elecciones, cargo y data. Atestigua el Ilmo. Sr. Solano que la Real Hermandad fue canónicamente vi- sitada en 1586 por orden del Rey Felipe II, y consta por el informe que el Ilmo. Sr. Benaocaz remitió a Carlos IV a 16 de junio de 1790 que aquella Visita canóni- ca la hizo Jorge Seco 433 , visitador general de todas las cofradías y hermandades de África existentes en Tánger, Mazagán y otros lugares. Por un expediente que principió a 22 de mayo de 1613, promovido a instan- cia del canónigo D. Andrés Vas de Mendoza ante D. Gaspar Gómez Maldonado provisor y vicario general del Ilmo. Sr. D. Agustín Ribeiro, consta que la Real Hermandad tenía entonces a su cargo la ermita de S. Blas por haberse extin- guido ya, aunque el documento no lo dice expresamente, la cofradía del santo obispo y mártir, cuya existencia la atestiguan otros papeles, y de la que ya no se hace mención en los que hemos visto de fecha posterior a este expediente. Dio lugar a él, el haber la Real Hermandad, por sí y ante sí, sustraído la ermita de S. Blas a la jurisdicción del ordinario, y ajustado, por escritura un convenio con los PP. Trinitarios calzados, en virtud del cual ellos solamente, con exclusión del Cabildo catedral, tendrían el derecho de administrar los sacramentos, decir misas, cantar vigilias y celebrar los demás oficios divinos en la dicha ermita recibiendo los honorarios correspondientes de la misma manera que hasta en- tonces lo había hecho el Cabildo. El autor de este grave suceso fue el presbítero Jorge Espinosa que hizo creer a la Real Hermandad, de cuya mesa formaba parte, que la ermita de S. Blas era 433.- AGCE, Libros, varios, 140: Revista que el doctor Jorge Seco, visitador de los lugares de África, pasó en Ceuta en el año 1586. También ESAGUY, op.cit., pp. 65-83.

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