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246 S alvador R os y C alaf que Carlos II mandó que se redactaran en castellano. Tampoco es verosímil que en ocho años se hubiera perdido de tal manera la memoria del sitio donde es- taban depositados los restos mortales de D. Pedro Guiral, que su hallazgo pu- diera causar tanta sorpresa como produjo, según afirma el acta. Se dice en ella que en el envoltorio aparecieron todos los huesos desde los de la cabeza hasta los más pequeños de las manos y de los pies. ¿Cómo pudo ser si fue quemado? ¿Por qué en el epitafio no se hace memoria sino de Francisco Almeida general de esta Plaza? Tratándose de un presunto mártir católico, y de depositar sus restos en una iglesia ¿no era natural que diera fe la autoridad eclesiástica? Era entonces obispo de Ceuta y residía aquí el Ilmo. Sr. D. Gonzalo de Silva, y aún cuando no lo hubiera habido estaba el Ilmo. Cabildo catedral. ¿Por qué ni uno ni otro figuran para nada en este asunto? Volvamos a repetir que el acta del hallazgo de los restos mortales de Pedro Guiral no nos satisface. Ya se ha dicho que los RR. PP. Trinitarios calzados , en el año 1568, ocupa- ron el convento de Santiago que hasta entonces había sido morada de los RR. PP. Franciscanos, y que en 1574 se trasladaron al Convento que los RR. PP. Dominicos tuvieron en la calle de los santos Mártires, Empecinado y Espíritu Santo. Este es el convento de que habla el Ilmo. Sr. Ciabra en su pastoral Visita de 1578 cuando manda que los jóvenes de ambos sexos vayan al monasterio de los RR. PP. Trinitarios todos los días festivos de precepto para aprender la doctrina cristiana. Los RR. PP. Trinitarios descalzos tardaron todavía 99 años en venir a Ceuta y hasta 1680 no se dio la orden de construir para ellos el con- vento e iglesia que hemos visto derribar en nuestros mismos días. El depósito y hallazgo de los restos mortales de Pedro Guiral pudo tener lugar en la iglesia de la calle del Espíritu Santo, pues allí estaban entonces, en 1640 y 1648, y allí siguieron hasta el año 1680 en el que lo cedieron todo a los RR. PP. Trinitarios descalzos que tres años antes, en 1677, habían fundado un hospicio o resi- dencia en Ceuta. Pero aún así quedan en pie todas las demás dificultades ya indicadas, y en las que no insistimos porque ellas solas son bastante poderosas por sí mismas, como lo verá el que se fije en ellas; el paradero de esos restos se ignora por completo hoy día. En la sala que llamamos de las taquillas, porque en ella guardamos los habitos corales, y es la que precede a la sala capitular, hay un lienzo del vene- rable P. Juan de la Concepción con una inscripción que dice “Venerable P. Fr. Juan de la Concepción llamado vulgarmente el Santito . Fue tan obediente que peces y elementos veneraron su obediencia, pues sacó un pez del mar andando sobre sus aguas sin sumergirse. Murió en este Real Colegio de Ceuta, día 17 de octubre de 1690.”

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