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208 S alvador R os y C alaf de San Simón, que hoy se llama de la Sábana y oficialmente de Manzanares 345 , las cuales lindaban con dicho callejón y terrenos de D. Pedro Pacheco. Las Memorias eran 15; todas corrían a cargo del reverendo Cabildo, su capital era de 21.034 reales, y su rédito anual 631 reales 12 maravedíes, según certificado de D. Francisco de Paula Añino y D. Francisco Mas de la Torre. En la Visita que el Ilmo. Sr. Benaocaz hizo en 1804 se habla de una huerta que poseía el Cabildo, y se le llamaba de Andrade; es una de las que estaban situadas en la Almina y callejón de Barbosa, y vendida, como queda dicho, en 1812. Se dice en la Visita que su producto anual era de 960 reales a razón de 80 cada mes, y que el levantamiento de las cargas con que estaba gravada requería 1034 reales. Resultaba, por lo tanto, gravosa al reverendo Cabildo y se tomaron providencias para remediar tan grave inconveniente. Cuando el Papa Pío VI concedió a España la facultad de vender ciertos bienes eclesiásticos y espiritualizados, impuso como condición sine qua non el gravamen de pagar a la Iglesia Hispana el tres por ciento anual por el capital procedente de esa venta. El Estado ni pudo devolver el capital ni pudo pagar su renta, y esta insolvencia causó grandes daños a los acreedores. Uno de los que más padeció fue la Iglesia de Ceuta a causa de la pobreza de sus habitan- tes. Fernando VII, queriendo remediar sus males mandó en 1816 que de los productos de Expolios y Vacantes (eran también bienes eclesiásticos) se dieran a su fábrica 80.000 reales, mandato que fue ratificado en 1826, marzo de 1830 y 17 de noviembre del mismo año. En la Visita que en 1818 hizo el Ilmo. Sr. Vélez declaró el Cabildo que cada prebenda tenía dos fanegas de trigo mensuales, 100 ducados anuales sobre la prestamera de Jerez, y el beneficio de Castro y Espejo, los diezmos del Hacho, de la Almadraba, etc., etc., y lo obvencional. Y habiendo pedido S. Ilma., el inventario de la Mesa capitular le contestó el Cabildo que no había inventario formal ni de sus bienes muebles, ni de sus bienes inmuebles. ¡Parece increí- ble tanta indolencia! Y más habiendo mandado se hiciera los Ilmos. Barcia y Benaocaz entre otros. En la Visita de 1819 hace graves cargos al Cabildo por el desbarajuste en que tenían sus bienes propios y las pías memorias a su cargo, y por eso quiso deslindar la Colecturía General de la Diócesis de la particular del Cabildo, y las separó totalmente. A las reclamaciones que años después se hicieron al Rey se contestó con fe- cha 8 de julio de 1830 lo siguiente: 345.- La calle Manzanares recibió el nombre de Sargento Coriat por acuerdo municipal de 3 de mayo de 1918.

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