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197 Historia eclesiástica y civil de la célebre ciudad de Ceuta oportuna ni más favorable para pedir algún socorro a las graves y manifiestas necesidades de esta catedral, cuya pobreza por no decir miseria, aún entonces saltaba a la vista, y si se hubiese pedido, en aquel entonces algo se hubiera logrado, si no todo, mucho de lo solicitado, a causa de la feliz disposición en que estaban los ánimos por el buen éxito de la guerra en el terreno militar. Pero aquella oportunidad pasó, quizás para no volver, o para no presentarse sino de aquí a mucho tiempo. Una de las contrariedades más graves, y de las que no había sufrido desde 1790, la afligió en 1897. Desde noviembre de este año amenazaba ruina la bó- veda que cubre el presbiterio, por cuyo motivo ya no se celebraba en el altar el Santo Sacrificio de la Misa. En el 4º domingo de Adviento, a eso de las siete de la mañana, se desplomó una parte de la bóveda por la rotura del luneto del lado del evangelio, quedando destrozado y casi enterrados el altar y el temple- te. Este doloroso suceso obligó a hacer gastos de consideración. La obra no se limitó a reparar lo arruinado, sino que se extendió a casi todo lo que necesitaba reparación; se hizo un retejo general, se renovó toda la tabla de la nave del evangelio, se recorrió todo el exterior del templo, y se hizo una regular repara- ción en el órgano. A pesar de la baratura de la mano de obra, por ser presos todos los opera- rios, se gastaron del fondo de capellanías 4.563 pesetas 42 céntimos y del fondo de fábrica 936 pesetas 94 céntimos: total 5.500 pesetas 36 céntimos. Las obras duraron desde el 27 de diciembre de 1897 a 31 de mayo de 1898; era el peor tiempo del año, pero no había más remedio. Desgraciadamente la reparación de la bóveda no fue tan sólida como se creía: falló el luneto de la derecha, el mismo de antes, y el 9 de septiembre de 1899, al toque de oración vespertina, se desprendieron los primeros ladrillos anunciando la total ruina de la bóveda. En 1900 se derribó totalmente y se cons- truyó de nueva planta desde los mismos estribos; se rehizo también el altar y el templete. Los gastos fueron algo más de 2.000 pesetas que se pagaron de un fondo que no era de fábrica y del fondo de capellanías 1.336 pesetas, total 3.336 pesetas y con este motivo el Cabildo residió en África desde el 24 de diciembre de 1899 a 7 de septiembre de 1900. En esta ocasión se restauró la pintura de S. Cristóbal junto a la puerta de su nombre. Y no habiendo retablo que poner, ni siendo posible restaurar la pin- tura que mandó hacer el Ilmo. Sr. D. Pablo Hernández, se formó uno provisio- nal con los cuatro grandes lienzos de la Asunción, Anunciación, Nacimiento y Epifanía, ofreciendo con la pintura al óleo de color carmesí un aspecto bonito, grave y decente.

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