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195 Historia eclesiástica y civil de la célebre ciudad de Ceuta Cuatro lámparas de plata: su peso 24 libras, 5 onzas, 00 adarmes Seis candeleros grandes de plata 37 libras, 7 onzas, 00 adarmes Dos ciriales, 73 libras, 5 onzas, 00 adarmes Tres cruces, 20 libras, 1/3 onzas, ½ adarmes Una pértiga, 7 libras, 8 onzas, 00 adarmes Cuatro cetros, 72 libras, 00 onzas, 00 adarmes Dos navetas con sus cucharitas, 02 libras, 3 onzas, 4 adarmes Un acetre con hisopo, 02 libras, 09 onzas, 4 adarmes Un jarro, 02 libras, 02 onzas, ¼ adarmes Cuatro paces, 02 libras, 06 onzas, ½ adarmes Un par de vinajeras con su platillo, 07 libras, 06 onzas, 00 adarmes Cuatro turíbulos, 09 libras, 04 onzas, 00 adarmes Dos campanillas, 00 libras, 10 onzas, 04 adarmes Un salero, 00 libras, 10 onzas, 00 adarmes Dos candeleros para bujías, 07 libras, 1/5 onzas, 00 adarmes Cinco bandejas, 73 libras, 08 onzas, 00 adarmes Una corona y media luna de la Purísima 03 libras, 03 onzas, 00 adarmes Dos punteros, 00 libras, 05 onzas, ¼ adarmes Dos palmatorias con sus despabiladeros, 07 libras, 04 onzas, 00 adarmes Dos diademas, dos llaves y una palma de S. Pedro y S. Daniel que por devo- ción hizo el tesorero D. Bartolomé Venegas y pesaron dos libras y media. Este inventario tiene la fecha de 12 de enero de 1810, y en él los números uno y siete no siempre se distinguen bien uno de otro y por eso no respondemos de la exactitud de la copia de ambos números. Pero no se entregaron todos los efectos inventariados sino únicamente los siguientes: Una lámpara de los santos Mártires, otra de la Soledad, otra del Sagrario, una naveta con su cucharita, dos bandejas, un par de vinajeras con su platillo, un turíbulo, un puntero y una palmatoria. La entrega de las alhajas no indispensables al culto divino la Junta Central y Gubernativa la consideraba como un empréstito forzoso, sí, pero el fin empréstito hecho a la Nación, y que la Nación debía pagar a su tiempo. Por eso la Tesorería libraba los correspon- dientes recibos especificando en ellos el objeto recibido, su peso y su dueño; pero a causa de las turbulencias de los tiempos y la mala voluntad de muchos gobiernos, esta catedral (como ni tampoco las otras) no ha sido indemnizada de las alhajas que entregó, ni ha podido reponerlas.