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190 S alvador R os y C alaf acumularon materiales para la grande obra de reparación que se creía inevi- table. Mientras se estaba en estos preparativos, vino a Ceuta procedente de Málaga un maestro mayor de obras. Consultaron su parecer sobre la obra de la Catedral, y habiéndola examinado detenidamente aseguró que su estado era satisfactorio, que el edificio era sólido y que no amenazaba ruina. Explicó el origen de las rajas, y dio tales razones en pro de su dictamen que todos se con- vencieron y lo hicieron suyo, cesando así los temores y las alarmas. Así lo refiere el Sr. Obispo lleno de gozo y alegría, y es de lamentar no con- signara el nombre de ese maestro mayor de obras cuya providencial llegada a Ceuta tranquilizó los ánimos y evitó grandes gastos, tanto más sensibles cuan- to más innecesarios. Se limitaron entonces a tapar las rajas, y a dar al edificio un recorrido general. Pero lo que más honra al Ilmo. Sr. Mayoral, lo que hace más grata su memo- ria, y recomienda su nombre al amor y veneración de esta catedral es la capilla del Sagrario. Dice S. Ilma., que su intención era construir un palacio episco- pal pero que habiendo visitado la catedral, y no habiendo visto en ella un altar digno del Santísimo Sacramento, le causó tanta pena y quedó tan corrido que al momento desistió de su primer designio y se determinó a construir una ca- pilla donde el Santísimo Sacramento estuviera con toda decencia y decoro por el amor y respeto que se debe, y llamar la atención a los fieles hacia el augusto Sacramento que es el alma y el centro de todo el culto. No por cuenta de la fábrica ni con limosnas recogidas, sino con sus pro- pios fondos, con su peculio, construyó el Sr. Mayoral la capilla del Sagrario, capilla en verdad devota, elegante y hermosa. El retablo es de mérito y todo él muy bien dorado. En sus principales nichos se veneran las imágenes del Señor Resucitado y la Purísima; en torno al tabernáculo los cuatro evangelistas y en las laterales las esculturas de San Juan Bautista y S. Andrés Apóstol 321 . Numerosos angelitos bien distribuidos y colocados adornan el retablo que remata en un primoroso escudo: todo se hizo en Sevilla. La cúpula está adorna- da con preciosas pinturas siendo las principales la de la Purísima, San Gregorio Magno, San Ambrosio, San Agustín y San Jerónimo. Las paredes están adorna- das con lienzos alusivos al Santísimo Sacramento. El pavimento es de mármol traído de Génova 322 . 321.- Las imágenes principales se conservan. Las laterales están hoy en el retablo de S. Pedro, ha- biendo sido reemplazadas por San Juan Nepomuceno y San Sebastián las que encontradas por el deán Navarro en el almacén de la Iglesia de los Remedios, y con autorización del párroco, se llevaron a la catedral en 1955. Vid. NAVARRO ACUÑA, op.cit. , p. 113. 322.- La Capilla del Sagrario fue demolida durante las obras de trasformación que dirigiera el arquitec- to José Blein Zarazaga y trasladado el retablo a la nueva. Algunas de las imágenes del ático y colaterales fueron sustituidas por otras. No se conservan tampoco los frescos, destruidos en la demolición, ni los cuadros, salvo un tríptico eucarístico restaurado recientemente.

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