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189 Historia eclesiástica y civil de la célebre ciudad de Ceuta A las gestiones practicadas por el mismo señor le debe la catedral el haber recobrado los terrenos que desde ella se extienden hacia la Rivera. Durante el gran sitio de Muley Ismael en dichos terrenos se habían construido grandes barracones para albergue de las tropas, barracones que aún subsistían en tiem- po de S.S. Ilustrísima. Gracias a su celo se recobraron en parte. En ellos hay una cisterna, hubo cementerio, y se construyó una casa que fue del Cabildo y que este vendió en la primera desamortización, como se dirá en su lugar; en los mismos se construyó la actual sala capitular y los retretes. Y para que la catedral estuviera en comunicación directa con los terrenos recobrados mandó abrir una puerta en el crucero, junto al altar de los Santos Mártires 319 . Con acentos de amargo dolor se lamenta su señoría ilustrísima del aspecto repugnante que presentaban las inmediaciones de la catedral por la parte exte- rior del crucero derecha. La puerta de este crucero que hoy la llamamos de S. Cristóbal daba entonces a una plazuela llamada de S. Blas y junto a ella, hacia el sur, estaba el cementerio expuesto a toda incursión 320 . Se propuso S. Ilma., for- mar un patio cerrado y decoroso, y a este fin compró en 57 pesetas unos solares y barracones que allí tenía la Real Hermandad de la Misericordia otorgándose la correspondiente escritura a 10 de noviembre de 1734 ante el escribano públi- co D. Francisco Antonio de Luengas. Otra parte del terreno necesario para formar el patio correspondía al Cabildo quien lo había cedido a foro a cuatro pesetas. Por fin recayó en D. Sebastián López y construyó en él una casa grande, mas habiéndose arruinado, y no vol- viéndose a reconstruir, el terreno volvió de nuevo al Cabildo, y éste lo cedió para unirlo al comprado por el Sr. Obispo. Ese terreno lo había adquirido el Cabildo por donación, pero con la carga de dos misas rezadas y dos cantadas cada año, y por todas 30 reales. Manda S. Ilma., que dicha carga se levante por cuenta de la fábrica, porque ella percibía las ventajas de las casas que se construyeron para dependencia de la catedral, morada de sus servidores e in- quilinos: con lo restante del terreno se formó el patio, y su puerta de entrada se colocó frente a la del crucero. No debe omitirse la triste pesadilla que afligió al Sr. Mayoral. Unas rajas que aparecieron en la bóveda de la Catedral infundieron los más graves temores de que se hundiera. Los primeros exámenes de los facultativos confirmaron tan siniestros juicios y la alarma se hizo general. Se armaron andamios y se 319.- La reforma de la Catedral transformó esta zona, en la que hoy está construida la Capilla del Sagrario. En cuanto a la cisterna, ha vuelto a ser visible tras las excavaciones realizadas en el solar de la casa a la que se refiere, y que se hallaba a la derecha de la entrada principal de la Catedral. 320.- Esta zona se reformó más tarde, al abrirse la calle O’Donnell, mientras que para ampliarse las dependencias de la parte oeste de la Catedral se vendió este patio y lo que fue rectoría y vicaría, denominándose hoy este solar plaza de San Daniel.

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