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16 S alvador R os y C alaf Cayetano de Igualada y los hermanos Llevaneras, para ir a Ecuador. El 25 de julio de 1875 entraban en el puerto de Guayaquil, a bordo del vapor Desiderade , y desde allí partieron hacia el convento de Ibarra, haciendo escala en Quito. En la capital les esperaba una sorprendente recepción por parte del arzobispo José Ignacio Checa y Barba quien, ante la falta de sacerdotes que había en la Nación, ordenó de diáconos y sacerdotes a los recién llegados como subdiáconos y diá- conos. Sucedió esto los días 21 y 24 de agosto. Así explica su frustración del padre Cayetano: …los agraciados hubiéramos preferido seguir estudiando de veras un par de años más; la triste experiencia de nuestros predecesores nos había aleccio- nado, y estábamos bien penetrados de que para ser útiles a la Iglesia y a la Orden nos eran necesarias virtud y ciencia. En Ecuador fue nombrado lector de teología dogmática, teniendo entre sus alumnos a fray Estanislao de Reus y a fray Joaquín de Llevaneras. Lo que pare- cía un reconocimiento, a sus ojos se convertía en un menoscabo de sus estudios de teología moral, sin contar con la falta de formación del alumnado, especial- mente ellos dos. Comienzan entonces sus enfrentamientos con fray Joaquín de Llevaneras, presentando su dimisión como profesor que le es aceptada, siendo destinado con otro religioso a la ciudad de San Juan de Ambato, para tratar de continuar la fundación de un nuevo convento que habían iniciado los capuchi- nos italianos. Salieron de Ibarra el 28 de agosto de 1876, pero al llegar a Quito se les comunicó que habían desistido de la fundación. Se integraron entonces en la comunidad de Portoviejo, en la que todo el clero era necesario, trabajando en ella hasta que a comienzos de 1878, el recién nombrado comisario apostólico de los capuchinos españoles, José de Llerena, le escribió para volver a España. Por aquel entonces, los esfuerzos de otros compañeros capuchinos como fray Bernabé de Astorga, en el siglo Francisco García González (Astorga 1838-1910 Ceuta) habían dado su fruto, consiguiendo el restablecimiento de la orden con un primer convento en Antequera y otro en Sanlúcar de Barrameda, am- bos en 1877 30 . Sin embargo, fray Cayetano decidió continuar en Ecuador, hasta que en la primavera de 1879, junto con otros dos compañeros de la orden, puso rumbo a Europa, vía Guayaquil y Panamá. 30.- Esta atribución no es gratuita. Así leemos en El Siglo Futuro , Madrid 2 de julio de 1877, nº 523, p. 3: “Leemos en El Imparcial: El Padre Fray Bernabé de Astorga ha obtenido autorización para fundar su convento de capuchinos en Sanlúcar de Barrameda”.

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