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150 S alvador R os y C alaf Castro. Que esta fue la segunda Misión que dio aquí consta por un apéndice al Acta Capitular del día 23 de marzo del año 1801 en que se acordó hacerle los funerales que suelen hacerse a los canónigos, acuerdo que debió tomarse en vista de la gravedad de las noticias recibidas en orden a su salud, pues que no murió hasta el día 24 del indicado mes y año. El Ilmo. Sr. Benaocaz tuvo también la dicha de administrar el sacramento de la Confirmación (el 1º de junio de 1789) al niño Manuel Fagúndez y Escalona, que nació en esta Ciudad el día 24 de febrero de 1776. Tendría unos 11 ó 12 años cuando el Beato Diego dio en esta su primera Misión. No es prudente y acertado poner en duda la benéfica influencia que el santo misionero ejerció en la vocación del jovencito Manuel. Sabidos son los enlaces misteriosos que hay entre los santos por disposición divina. Ello es que el 18 de mayo de 1793 vistió el hábito franciscano en el convento de S. Diego de Sevilla, que fue un gran misionero, y que en el mismo Sevilla murió en opinión de Santo el 19 de noviembre de 1848, a los 72 años de edad 256 . El Ilmo. Sr. D. Fr. Rafael de Vélez vino a Ceuta en 1817 y fue obispo de esta Diócesis hasta el año 1824. Fernando VII lo presentó en el mismo año para el Arzobispado de Burgos y trasladado al de Santiago en 1825, de modo que no hizo sino pasar por Burgos, en cambio su pontificado en Santiago duró 25 años, puesto que murió en 1850. Era franciscano capuchino, y fue uno de los más ilustres obispos de Ceuta, y de los más insignes que ha tenido el episcopado español durante el siglo décimo nono. En 1813 publicó un libro titulado Preservativo contra la irreligión, o los Planes de la filosofía contra la Religión y el Estado. Este opúsculo le valió justo y mereci- do renombre, y le dio a conocer como a uno de los mejores y más entendidos campeones de la buena causa, de la causa de Dios, de la Patria y del Trono. Ochenta y siete años han transcurrido desde que vio la luz pública por primera vez, y el que lo lea detenidamente, quien quiera que sea, amigo o enemigo de la causa que en él se defiende, no podrá menos de admirar la inteligencia con que expone los medios de todas clases empleados por los enemigos de la Religión Católica y de España para sembrar y perpetuar la discordia entre los españoles, extinguir en ellos el respeto y el amor a la Iglesia Católica, e inspirarles admi- ración y cariño a todo lo extranjero. Sí; en 1900 es cuando mejor se aprecia y conoce la vigorosa, comprensiva, clara y sintética instrucción del espíritu del mal, de sus fines, medios, recursos y maniobras que a principios del siglo se 256.- Vid. ALONSO MORGADO, José. Biografía del V.P. Fr. Manuel José Fagúndez y Escalona, Sevilla 1888.
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