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126 S alvador R os y C alaf Desde aquella fechanoocurrieron sucesos graves hasta el año 1859.Habiendo los moros derribado una piedra y unos garitones situados, según parece, en el campo neutral, España exigió que la línea fronteriza tomase Sierra Bullones por base del deslinde de territorio. Los malos oficios de Francia e Inglaterra pero sobre todo de esta última, precipitaron los sucesos, y queriendo el gobierno cal- mar las luchas políticas, y unir a todos los españoles en una empresa nacional y popular lanzó a España a una guerra que tal vez se habría evitado si el asunto se hubiese ventilado únicamente entre España y Marruecos. Se declaró la guerra entre las dos naciones el 22 de octubre de 1859, su prin- cipal objeto fue la toma de Tetuán por estar más cerca de Ceuta, y ser mucho más fácil que la de Tánger a donde no se puede ir sin privarse de la cooperación de las fuerzas navales. El 18 de noviembre desembarcó aquí el primer cuerpo de ejército de los tres que componían el expedicionario cuyo total eran 40.000 hombres mandados por D. Leopoldo O’Donnell como generalísimo, y de los generales Echagüe, Zabala, Ros de Olano, Prim y Alcalá Galiano. Las fuerzas navales se componían de 14 buques de guerra con 223 cañones bajo el mando de Díaz Herrera. Se bloqueó Tánger, Larache y Arcila siendo bombardeados estas dos últimos. Las batallas más notables se dieron en los días 24, 25 y 30 de noviembre; el 9, 15, 20, 22, 25 y 29 de diciembre; el 1, 11, 12 y 31 de enero de 1860; el 4 de febrero y el 23 de marzo en Wad-Ras último y más sangrientos de toda la campaña, sostenida, según se ve por las fechas, en el tiempo peor del año, y en que, dicen los moradores de Ceuta, y Alarcón en la historia de esta guerra 185 en la cual tomó parte, fueron abundantísimas las lluvias, y los fríos más intensos de lo que suelen ser en este país, muy benigno por cierto. El 25 de marzo Muley el Abbas, hermano del Emperador y generalísimo del ejército marroquí, Leopoldo O’Donnell conferenciaron y ajustaron los pre- liminares de la paz que fue solemnemente estipulada por el tratado firmado en Tetuán el 26 de abril del año 1860. Consta de 16 artículos y si todos se cumplie- ran fielmente ganarían bastante los intereses de la religión católica y de España, pero el enemigo de ambos, Inglaterra, ha ejercido siempre su perniciosa in- fluencia y logrado conseguir que muchos de sus artículos no sean sino letra muerta. Pero al fin Ceuta no ha sido inquietada desde que terminó la guerra en marzo de 1860. ¡Cuarenta años de paz nunca turbada! Jamás los había tenido desde 1415. Tiene también un territorio algo extenso, y si estuviera enlazada con el interior con buenas vías de comunicación, tuviera dentro de su término y de la población las aguas de Benzú, y un buen puerto bien provisto de carbón 185.- ALARCÓN, Pedro Antonio de. Diario de un testigo de la Guerra de África , Madrid 1895.
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