BCCCAP00000000000000000000272
121 Historia eclesiástica y civil de la célebre ciudad de Ceuta octubre de 1720 salió de Cádiz la expedición mandando las naves don Carlos Grillo, y las tropas, que ascendían a 16.000 hombres, el marqués de Lede 177 , el mismo que mandó el ejército de Sicilia y de Cerdeña. El 14 de noviembre todas las fuerzas habían ya desembarcado, y el 15 emprendieron las operaciones con- tra el enemigo que desde el año 1694 hostilizaba la Plaza, auxiliado por artille- ros e ingenieros que le facilitaban las naciones enemigas de España. Acometidas y forzadas sus trincheras, el ejército sitiador fue repelido, pero apoyado en sus fortificaciones de retaguardia sostuvo una formal y sangrienta batalla con el ejército libertador, mas derrotados los moros se retiraron unos hacia Tetuán y otros hacia Tánger. De los cuatro estandartes que perdieron, tres fueron presentados por Felipe V a Nuestra Señora de Atocha y el otro fue re- mitido al Sumo Pontífice Inocencio XIII con una devota y afectuosa carta como homenaje propio de S.M. Católica al Vicario de Nuestro Señor Jesucristo 178 . La proyectada conquista no se realizó por las gestiones de Inglaterra que temía un golpe de mano sobre Gibraltar, y porque entonces no le convenía a Felipe V atraerse el enojo, y ni siquiera el desvío de la Gran Bretaña, pero se for- tificó el campo en términos que no pudieron los moros forzarlo en las ocasio- nes que lo intentaron, señaladamente el 9 y 12 de diciembre del año 1720, por más que para este objeto se juntaron hasta 60.000 hombres según los cálculos que entonces se hicieron. El marqués de Lede regresó a España dejando Ceuta bien fortificada y guarnecida, y si bien el sitio no fue levantado definitivamente hasta el año 1730 179 , sin embargo la Plaza fue libertada en 1720, esto es, 26 años después de sitiada en 1694. Entre los gobernadores que ha tenido esta Plaza se distinguió de una mane- ra especial D. Manuel de Orleáns conde de Charny, por el grande afecto y defe- rencia con que miraba a los hijos de Ceuta. Repetidas veces y siempre con buen resultado, representó a los reyes a favor de los derechos y privilegios de esta Ciudad, todos los cargos lucrativos, quería que fuesen para los hijos de esta Plaza, tanto que siempre retenía los nombramientos que venían de Madrid a fa- vor de extraños y lejos de que Felipe V se quejara de estas retenciones, elogiaba 177.- Juan Francisco de Bette y Croy-Sure, tercer marqués de Lede, virrey de Sicilia y caballero del Toisón de Oro. El 6 de mayo de 1721 Felipe V le concedió la Grandeza de España. Elenco de grandezas y títulos nobiliarios españoles, Madrid 1980. 178.- Tradicionalmente, tanto las enseñas capturadas al enemigo como las en desuso se colgaban de las paredes del Santuario de N.S. de África hasta su retirada a comienzos del siglo XX. También conocemos casos de donación de los mismos, como el que regaló el marqués de Gironella a Montserrat (vid. FRADEJAS LEBRERO, J. “La Virgen de Montserrate ayuda a Ceuta a los cauti- vos”, Cuadernos del Archivo Central de Ceuta, nº 16, 2007, pp. 151-162). 179.- La estancia de la tropas de Lede estuvo marcada por una epidemia de peste que diezmó sus fuerzas y, gracias a estar acampadas fuera de la Ciudad, no acabó con la población. El cerco se levantó a la muerte de Muley Ismail, a comienzos de marzo de 1727. Vid. Enrique JARQUE ROS, Historiografía general de la peste. La peste bubónica y Ceuta , Ceuta 1989, pp. 220-224.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz