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120 S alvador R os y C alaf apoyadas por las demás provincias hispanas y por Francia. Las escuadras alia- das de Inglaterra y Holanda se presentaron ante Gibraltar en julio de 1704, y en nombre del Archiduque le intimaron la rendición, mas habiéndose negado fue hostilizada, y el 4 de agosto se entregó al enemigo con una honrosa capitulación. En agosto del mismo año se presentaron las mismas escuadras aliadas ante Ceuta intimándole, a nombre también del Archiduque, se entregara abando- nando el partido de Felipe de Anjou que ya se titulaba Felipe V, amenazán- dola con el sitio y el bombardeo en caso de resistirse, como se había hecho con Gibraltar. ¡Terrible y angustiosa era la situación de Ceuta! Hacía ya diez años que la hostilizaba Muley Ismael, Felipe V cuya bandera sostenía no podía socorrerla, el ejemplo de Gibraltar estaba muy a la vista, y no era nada hala- güeño. A pesar de todo Ceuta permaneció fiel a Felipe V y por conducto de su gobernador el marqués de Gironella se negó a todo cuanto le fue propuesto por Basset Ramos en el nombre de Rook, Kalemberg y Armenstad, jefes de las escuadras aliadas. Gracias a esta fidelidad España posee Ceuta, esta Plaza tan codiciada de todas las naciones de Europa, y todas las potencias mediterráneas tienen la dicha de que Inglaterra no la posea. Al mismo tiempo Dios protegió visiblemente esta Ciudad: las escuadras que habían destruido Gibraltar pocos días antes, a pesar del desaire que habían sufrido, no ejecutaron sus amenazas y se retiraron sin disparar un solo tiro contra Ceuta. ¿Por qué? Se ignora 176 . Así en la vida de los individuos como en la de los pueblos hay ocasiones tan críticas y peligrosas en que la salvación se atribuye instintivamente a una especialísima y visible protección de Dios. Con razón, con muchísima razón dijo Felipe V en una Real Cédula que Ceuta por su admirable fidelidad es digna de todo elogio y de todo favor. No ha co- sechado todavía los frutos de su noble y heroica lealtad, pero con el auxilio de Dios le llegará el día de la gloria y de grandeza que la corona lusitana quiso y no pudo darle, como ni tampoco la hispana hoy por hoy. ¿No desaparecerán jamás las ambiciosas rivalidades de Francia e Inglaterra que atan las manos a España y dificultan el desarrollo y prosperidad de Ceuta? Evacuadas Sicilia y Cerdeña por las tropas españolas en virtud de los trata- dos de mayo y agosto de 1720, Felipe V se propuso libertar Ceuta y conquistar el territorio marroquí desde Tetuán hasta Tánger, ambos inclusive. En Cádiz, Málaga y otros puntos de Andalucía se hicieron los preparativos necesarios bajo la activa y entendida dirección del ilustre D. José Patiño. A últimos de 176.- En la Historia de Ceuta de Lucas Caro, siguiendo a fray Nicolás de JESÚS BELANDO en su Historia Civil de España nos aclara que la verdadera razón estuvo en la llegada de la flota francesa a las inmediaciones del Estrecho. Vid. José Luis GÓMEZ BARCELÓ, “Repercusiones de la caída de Gibraltar en Ceuta”, Almoraima, n1 34, Algeciras, 2007, pp. 93-107.
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