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103 Historia eclesiástica y civil de la célebre ciudad de Ceuta Reducidos estos a unos tres mil hombres enviaron parlamentarios al campo enemigo, proponiéndoles la entrega de Ceuta y que les dejasen volver a sus ga- leras sin causarles daño. Los mauritanos acabaron por aceptar las proposicio- nes de los portugueses, pidieron les entregaran estos en rehén a uno de los dos infantes hasta efectuada la devolución de Ceuta, y los mauritanos ofrecieron entregar en rehén a los portugueses el primogénito de Zala ben Zala señor de Melilla y de Tánger, hijo del mismo que gobernaba Ceuta cuando fue conquis- tada por el rey D. Juan I. El infante D. Fernando 148 se ofreció quedarse en rehén, y con él se quedaron también su médico, su confesor Fr. Gil González y varios portugueses nobles, y los moros entregaron el primogénito de Zala: era el 16 de octubre de 1437. Mas, habiendo los mauritanos hostilizado contra la fe empeñada en el tratado a los portugueses cuando estos se retiraban a sus naves, perdiendo la vida unos se- senta hombres, los lusitanos se consideraron desligados de todo compromiso, y se negaron a devolver Ceuta. ¡Así se libró esta Plaza de recaer en manos de los mahometanos! ¡La providencia por su buena suerte! El infante D. Fernando que contaba entonces 31 años, y que desde niño se había distinguido por la santidad de sus costumbres, fue conducido a Melilla y encerrado en una fortaleza durante siete meses, de allí trasladado a Fez, que dista unas 30 leguas, y encerrado en una mazmorra durante siete años, murió el día 5 de junio del año 1444 víctima de los más indignos e inhumanos tra- tamientos, sobrellevados con la más heroica y santa paciencia. Dios honró su santidad y la acreditó con muchos milagros, y comprobados debidamente, la Santa Sede ha autorizado su culto público 149 . Conducidos a Melilla 150 sus res- tos mortales cuando ya aquella Plaza estaba en poder de Castilla, (Pedro de Estopiñán se apoderó de ella el 17 de septiembre del año 1496 151 ) fueron trasla- 148.- El Infante D. Fernando sería convertido en mártir por la ciudad, cuya triste historia contarían historiadores como Diego de TORRES, en la Relación del origen y suceso de los xarifes y del estado de los reinos de Marruecos, Fez y Tarudante, Madrid 1980 en el siglo XVI y Jerónimo de Mascarehnas Vida del Santo Infante de Portugal D. Fernando , en el siglo XVII, así como la lleva- ron a la literatura y las tablas de los teatros Pedro Calderón de la Barca en El príncipe constante , y Lope de Vega en La fortuna adversa del Infante Don Fernando de Portugal y también en El remedio en la desdicha. 149.- Autorizado su culto en 1470, actualmente figura en el santoral el 5 de junio. 150.- Ignoramos cual fue la fuente para tal afirmación que no tiene refrendo por la bibliografía usual. Los restos llegaron a Portugal durante el reinado de Alfonso V, años después, para algunos, alre- dedor de 1471, siendo depositados primero en el Convento del Salvador y luego en la Capilla del Fundador del Real Monasterio de Batalha. Vid. Jerónimo de Ramos, Chronica dos feytos, vida e norte do Infante santo D. Fernando , Lisboa 1730. 151.- Realmente ocurrió en 1497.

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