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100 S alvador R os y C alaf Resuelto el rey de Fez a recobrar Ceuta la sitió por tierra y por mar de modo que tuvo sitiada simultáneamente por fuerzas navales y terrestres, y por espa- cio de cuatro años fue combatida casi sin interrupción alguna 143 , sin que sus defensores se rindieran ni cansaran de luchar. Un suceso político dio a la com- batida Ceuta un período de paz que no esperaba, y que le fue altamente venta- joso. Muley Busaide y su hermano, aspirantes ambos a las coronas de Fez y de Marruecos, se disputaron el trono con una sangrienta guerra civil recrudecida por un tercer pretendiente llamado Boarey. Terminada la guerra civil, y reconocido Muley Busaide rey de Fez y de Marruecos, de acuerdo y por iniciativa del rey de Granada, el asedio de Ceuta fue emprendido con nuevo vigor. Éste la sitió y atacó por mar con una podero- sa flota, y aquél la cercó y combatió por tierra con un poderoso ejército que esta- bleció sus campamentos atrincherados desde las vertientes de la sierra Ximera hasta las inmediaciones de la Plaza. Los ataques fueron briosos y porfiados, como puede suponerse, puesto que ambos reyes se habían propuesto tomar Ceuta. Todo fue inútil y los sitiadores cansados de luchar, con no escasas pérdi- das y sin resultados prácticos, levantaron el sitio y se marcharon sin abandonar por eso su ideal. D. Pedro de Meneses que con tanto denuedo, acierto y gloria defendía Ceuta según su promesa, comprendiendo el peligro y la necesidad de refuerzos para afrontarlos los pidió a su Soberano. Mandó éste a sus dos hijos los infantes D. Enrique y D. Duarte con fuerzas no sólo para defender Ceuta sino también para tomar una vigorosa iniciativa contra los mahometanos. El ejército lusitano salió efectivamente al campo y arrojó al enemigo hasta más allá de sierra Ximera, ope- ración militar que dio a la Plaza algún reposo y sosiego que tanta falta le hacían. Pero no duró mucho la paz. Sidi Talpa, jefe de los moros que poblaban la cordillera de Ximera, hombre de gran prestigio entre los suyos, prosiguió las hostilidades contra Ceuta de las que su antecesor Sidi-Dabu había sido alma y caudillo. Salió a campaña D. Fernando de Noroña, yerno del Gobernador D. Pedro de Meneses, y fue a reforzarle el hijo de éste llamado D. Duarte. Porfiados y prolongados fueron los combates, mas por fin Dios concedió la victoria a los cristianos lusitanos y las huestes de Sidi Talpa, derrotadas y dispersas, se inter- naron unas hacia el interior del reino de Fez y otras establecieron sus aduares en las vertientes occidentales de sierra Ximera o Bullones. Tales son los hechos de armas más notables que ocurrieron desde 1415 a 1429 y por ellos se ve cuanto debe Ceuta a su primer Gobernador Don Pedro de Meneses. 143.- Se refiere a los cercos a los que se vio expuesta la ciudad al menos en 1418 y 1419.

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