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10 S alvador R os y C alaf observantes y las dificultades impuestas por el Consejo de Castilla lo hicieron muy difícil 21 . Una situación que no comenzaría a cambiar hasta finales de la primera década del siglo XVII, gracias a la influencia del duque de Lerma. Comienza entonces la expansión de la orden por España, que en el siglo XVIII alcanzará su mejor momento. Los capuchinos se harán presentes en las ciudades y en los caminos, siempre con el pueblo. Figuras reconocibles por sus hábitos con capuchas puntiagudas y sus largas barbas. Muchos prelados los escogerán para predicar en festividades destacadas y misiones, por su facilidad de llegar a la población, con casos tan conocidos como el del beato fray Diego José de Cádiz. Algunos de ellos fueron tan estima- dos que llegaron a ostentar mitras como fray Rafael de Vélez, obispo primero de Ceuta y luego de Santiago de Compostela. A pesar de que durante la Guerra de la Independencia los capuchinos es- tuvieron siempre con el pueblo, su defensa del absolutismo llevó a las Cortes de Cádiz a impedir que se reabriesen los conventos cerrados por los franceses. Con el retorno de Fernando VII volverían los capuchinos hasta que, a la muer- te del monarca, la política de exclaustración de 1835 daría lugar a la supresión de sus conventos y llevaría a sus frailes a la práctica desaparición, dispersándose por Francia e Hispanoamérica los que decidieron permanecer en la orden. La travesía del desierto de los capuchinos fue muy larga, no volviéndose a autorizar la creación de nuevos monasterios hasta 1877, con los pocos frailes su- pervivientes del exilio y los formados en las últimas décadas fuera de España. Apuntes bio-bibliográficos Salvador Ros y Calaf nació en Igualada, provincia de Barcelona, el 5 de agos- to de 1852 22 , festividad de Nuestra Señora de África, patrona de la ciudad de Ceuta, población a la que se vería unido durante sus últimos años. Así lo escri- be él, de su puño y letra, en las hojas de los padrones municipales. Sin embargo, en su partida de nacimiento se dice que el alumbramiento tuvo lugar a las 9 de la noche del 6 de agosto de 1852 23 . La diferencia entre las fechas oficiales de los Registros Civiles y la realidad fueron práctica habitual ante la multa que lleva- 21.- HERNÁNDEZ SOTELO, Anel. “Los capuchinos en el Viso del Marqués”, Revista Campo de Calatrava, nº 8, 2010, pp. 70-91. 22.- AGCE (Archivo General de Ceuta), 75484, Padrón 1907, tomo I, hoja 160. 23.- Registro Civil de Igualada (RCI). Asiento 334, 6 de agosto de 1852. Agradezco los registros parro- quiales a la investigadora en temas genealógicos, Clara Lema Espinosa.

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