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96 JOAQUÍN GARCÍA-MEDALL manifestar esta disposición: a) toda lengua ha estado en contacto con otra u otra; b) toda lengua, es susceptible de ser permeable respecto a otra si se da un pre- vio paralelismo estructural entre ellas (universales sustantivos); ergo c) siempre que dos lenguas entren en contacto se dará ese posible grado de permeabilidad. Por la debilidad de esta argumentación parece preferible investigar en los pará- metros que nos permitan hablar de la diversidad tipológica, como defiende Men- dívil Giró (1997, p. 276), pero no sólo en relación con las lenguas en contraste, sino también en relación con la diversidad tipológica que se puede hallar en el seno de una lengua . Cabría aplicar la teoría de los prototipos a la creación de len- guas mixtas, esto es, formadas por un núcleo gramatical duro de origen descono- cido (indefinición genética), que da lugar a estructuras lingüísticas de diversos tipos (indefinición tipológica) sobre una base léxica foránea, pero modificada internamente (indefinición léxica) en un entorno multilingüe de contacto secu- lar (indefinición areal). El resultado es una descripción de una lengua A de acuerdo con lo que resulta por adición y modificación de tipos (TIPO X: (a)+(b)+(c)+(d)…+(n), siendo (a), (b), (c), (d) y (n) integrantes o componentes gramaticales prototípicos de tipos diversos (TIPO A: aglutinante; TIPO B: flexivo o fusionante, TIPO C: ais- lante; incluso el TIPO Z: pidgin y el TIPO Z+1(g)eneración: criollo), es decir, más el resultado de procesos (parciales) de pidginización y de criollización entre los hablantes de esa lengua. La conclusión para los funcionalistas es una lengua periférica de una familia X (en el caso del cocama, como ya hemos visto, de la familia de lenguas tupí-gua- raníes), y para los comparatistas, una lengua criolla de origen desconocido. Pero para la tipología podría ser, perfectamente, una lengua mxta, donde en la descrip- ción se ha intentado conjugar el nivel superordinado (tipológico) con el nivel de base (la lengua en cuestión) y esta, incluso, con el nivel subordinado (idiolec- tos), resultantes de descripciones que parten de tradiciones y teorías lingüísticas diversas. Véase, a continuación, la correlación entre las diversas perspectivas lin- güísticas con que se ha descrito esta lengua y el énfasis que se ha puesto en cada uno de estos niveles: 1 La lingüística misionera es la que más se ha encargado de reseñar las diferen- cias dialectales del cocama. En las obras del agustino P. Espinosa (1935; 1955; 1989) abundan las notas sobre las características del cocamilla y del omagua, dialectos de aquel y en estado próximo a la desaparición. 2 La descripción tagmémica (Faust & Pike 1972), por el contrario, al partir de una teoría centrada en la sintaxis y derivada del estructuralismo americano, elimina las referencias dialectales todo lo posible, para centrarse en el estudio de la lengua base o el sistema. 3 Los tipólogos y comparatistas, por su parte, parten de la lengua base para hallar las relaciones genéticas que la ligan a otras lenguas y las diferencias de las lenguas de su entorno. Es decir, llevan a cabo una tipología que se corres- ponde con la búsqueda del nivel superordenado, si bien lo hacen con consi- deraciones tanto genéticas como propiamente tipológicas, al mismo tiempo.

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