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88 JOAQUÍN GARCÍA-MEDALL to different types of parameters: those associated with processes of creolization, plus their own internal derivation of any natural language. It is our opinion that it is not appropriate to speak of isolated languages in these cases, but rather of mixed languages where the typology finds a mixture of parameters. Keywords Cocama, typology, prototypes, mixed languages. 6.1. Filiación tradicional del cocama El cocama es una lengua de difícil clasificación tipológica. Lorenzo Hervás y Panduro ya la incluyó en la matriz tupí en el siglo XIX. Espinosa (1935; 1989) la clasifica como tupí-guaraní. Faust (1972) describe su peculiaridad tipológica más notable: el sistema de deíxis de género (Faust 1963, pp. 115-117). Sin embargo, sigue manteniendo que se trata de una lengua tupí. Tovar y Larrucea de Tovar (1984) emplean criterios tipológicos y lexicoestadísticos para continuar considerándola una lengua del grupo tupí-guaraní (andino-ecuatorial). Dietrich (1990) llega a la conclusión de que se trata de una lengua de la familia tupí-guaraní, pero muy periférica y alejada del prototipo. Cabral (1995; 2000), por el contrario, afirma que no es una lengua tupí-guaraní, sino aislante por la falta de flexión y la importan- cia del orden de palabras. Cree que sus hablantes debieron haber sufrido un pro- ceso de criollización: «Los propios cocama abandonaron su tupinambá original para volverse hablantes nativos de una nueva variedad criollizada» (Cabral 1995; 2000; Fabre 1998, p. 1095). Consideremos, sin embargo, que la tipología debe prever la existencia de len- guas mixtas más o menos «extrañas», y que el cocama puede ser considerada de este modo. Veamos lo que aporta la taxonomía genética y comparatista al respecto. 6.2. Taxonomía genética y comparatista Otras clasificaciones generales de las lenguas de América del Sur han seguido también la línea predominante. Adam (1968) incluye al cocama en el grupo de len- guas tupí. El mismo Espinosa (1935; 1989) la considera tupí del Oriente peruano, así como Rivet (1910) y Klein y Stark (1985). Moreno Cabrera (1990, p. 71) la cla- sifica como tupí y lo mismo hace Fabre (1998, p. 1095), si bien manifiesta las fun- dadas dudas de Cabral (1995) sobre tal adscripción. Revert y Gallardo (1999, p. 46) la clasifican como lengua del grupo ecuatorial perteneciente a la familia tupí. No obstante, esta última autora elimina el cocama del grupo de lenguas tupíes en una obra posterior (Gallardo 2000). Del Moral (2002, p. 654) la incluye en el grupo de lenguas amerindias ecuatoriales. Pero el trabajo más importante en este sentido es el de Dietrich (1990). Se trata de una comparación de 29 lenguas de la familia y el tronco tupí-guaraní mediante 34 criterios diversos. Dietrich (1990, p. 115) concluye con esta afirmación:

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