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30 MIGUEL ÁNGEL VEGA CERNUDA O padre Yves d´Évreux é muito sobrio nas informaçoes sobre o que ele própio fez no Bresil. Sabemos apenas que a insalubridade das terras, inundadas durante a metade do ano, foi-lhe tao prejudicial à saúde que em meados de 1614 teve de voltar à Francia parcialmente paralisado por dores reumáticas e, em consequen- cia, incapaz de proseguir em sua vida ativa de missionario. Al volver a Francia tras dos años de estancia en Brasil 30 publicaría su obra con la intención de completar la de su correligionario d´Abbeville y, como avisaba al lector, no pretendía repetir lo que el P. Claude había escrito, sino incrementarlo. En menos de un año daría remate a su empresa. Los ejemplares serían retirados inmediatamente para no herir la corrección política del momento y solo se sal- varía un ejemplar que había llegado a las manos de Razilly. En 1620 el capuchino estaba en Saint-Eloy y posiblemente allí moriría en torno a 1630.Su obra fue recu- perada para el público en 1864. Tras una carta al rey, a la sazón Luis XIII (d’Abbeville había abierto su Histoire con una carta a la Reina regente) en la que, protestando su fidelidad a la corona, intro- ducida como captatio benevolentiae , presenta su obra Suitte de l´histoire des choses plus m é morables bajo diversos epígrafes alusivos a la misión ( De la Construction des chapelles de S. François et de S. Loüis en Maragnan o Des Fruits de l’Évangile qui tost parurent par le baptesme de plusieurs enfans). La suitte está dividida en dos tratados: 1 El primero, que comprende 50 extensos capítulos, es mezcla de crónica e informe o relación al rey acerca de los hábitos y comportamientos de los indí- genas, especialmente frente a los colonizadores («inclinación de los salvajes hacia la civilización francesa» es el título de uno de los capítulos) y de estu- dio etnográfico y naturalista («del valor y de las costumbres de los salvajes de Miary», «de las incisiones que han los salvajes en su cuerpo», «muerte y funerales», «de las leyes del cautiverio», «de la aptitud de los salvajes para la ciencia», etc.), sirve de contexto 2 Al segundo, mucho más breve (una veintena de capítulos), en el que trata asuntos de historia pastoral («los frutos del evangelio», «los hechiceros») para acabar con un anecdotario obtenido en sus conversaciones evangeliza- doras con los autóctonos. Especialmente destacables en su «continuación» resultan 1) el intento de hacer de su relato un historia ejemplar y útil ( ces conferences, lesquelles commo i’es- pere, vous donneront un grand contetement, vous asseurant que ie les rapporteray tres fidelement […] mon opinion est la verité du faict et la simplicité du stile - Suitte , 323-), intento que, por lo demás, informa casi todos los relatos misioneros, aunque no siempre se expresa tan nítidamente, y 2) la percepción del interés por las enseñan- zas y doctrinas religiosas que Yves d´Évreux constata en los indígenas tupinambás, interés que contrastaría con la «incredulidad» que otros evangelizadores regis- traban en otras etnias americanas: On ne croiront iamais, si l´experience ne le faisoit voir, combien ces gens sont curieux de sçavoir les choses de dieu ( Suitte , 323). En este contexto, el P. Yves da noticia de la conversión de varios «pagés» o hechiceros, 30 La derrota de los franceses frente a los portugueses obligó a cerrar la misión capuchina que pronto fue retomada por los jesui- tas. D’Evreux tuvo que regresar a París en 1614.

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