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23 1. EL ESCRITO MISIONERO COMO ACTIVIDAD HUMANÍSTICA Y TRADUCTOGRÁFICA: DOS TEXTOS DE LA PROTOMISIÓN CAPUCHINA «Francia equinoccial» 19 es el término con el que se designa en la historiogra- fía nacional francesa el intento emprendido bajo Enrique IV de establecerse en Brasil. En efecto el «rey converso», Enrique IV, y más acentuadamente bajo su sucesor Luis XIII, Francia se embarca en una empresa de expansión colonial en un intento de construir unos dominios en Ultramar. Punto de referencia territo- rial de este expansionismo colonial francés sería el entorno de la desembocadura del Amazonas, en concreto la zona de Marañón, denominada isla de Marañón, y la Guayana. El establecimiento en estos territorios equinocciales se inicia a par- tir de 1604 por obra y gracia de los aventureros Daniel de la Touche, sieur de la Ravardière, calvinista, y François de Razilly. Eran territorios brasileños de influen- cia portuguesa que ya habían sido parcialmente misionados desde mediados de siglo por obra y gracia de los jesuitas hispanos y portugueses (Anchieta, Azpil- cueta y Nóbrega). Los franceses, apoyándose en los indios aborígenes, los tupi- nambás, enemistados con los portugueses, pretendieron arrebatar a estos, zonas de influencia 20 que tenían un cierto valor colonial debido a la abundancia del «palo de Brasil» en ellas. Esa «Francia equinoccial» venía a suceder a otros esfuerzos expansionistas del país galo que habían dado origen, medio siglo antes, a la lla- mada «Francia Antártica», otro intento de asentamiento galo fallido, en la zona de Río de Janeiro, y que sería aniquilado por los portugueses al mando del con- quistador portugués Mem de Sáa a los pocos años 21 . A comienzos del siglo XVII, la zona se hallaba bajo soberanía, teórica, de los Habsburgo españoles gracias a la unión personal de las dos coronas, la portuguesa, a la que pertenecía la colonia brasileña, y la española. Hacía ya más de medio siglo que Francia tenía una red de establecimientos consistente básicamente en «agentes» comerciales e «intérpretes» (Araujo Moreira, 2002, p. 19) en territo- rios brasileños. Ello da como resultado la llamada «Francia equinoccial», de efí- mera y accidentada historia, algunos de cuyos protagonistas van a ser los misio- neros capuchinos franceses. La empresa equinoccial francesa, que fracasaría por mor de las circunstancias en las que se desarrollan las relaciones hispano-franco-lusitanas en el primer cuarto de siglo del XVII 22 , encomendaría la misión de los territorios a los miembros de la Orden, una quincena en total. Es en este contexto en el que se establece precisamente la misión de los capu- chinos franceses en el norte de Brasil, que parten en 1612 a esa «Francia equinoc- cial» empotrados en un ejército colonizador y que, a pesar de su escaso tiempo de actuación, va a dar como resultado, desde el punto de vista de la literatura 19 No debe confundirse esta «Francia equinoccial» con la «Francia Antártica», un intento anterior de asentamiento colonial francés en el hemisferio sur, en concreto en la zona de Río de Janeiro. 20 La buena fe de los franceses, que Claude d´Abbeville encomia con tintes de inocencia paradisíaca y guiada por una actitud de respeto y de paternalismo hacia el indio, queda en entredicho en los enfrentamientos coloniales con los portugueses. Los franceses, en efecto, jugaron todas las bazas, leales o desleales, con tal de echar pie en el subcontinente, cosa que solo lograron en la Guayana. Al respecto es sintomática la anécdota que tuvo como protagonista a Hans Staden. Este aventurero alemán que escribiría uno de los primeros relatos sobre Brasil (1557), daba testimonio de la mala fe de los franceses frente a los «cristianos»: capturado por los indígenas, estos, aliados con los franceses, lo consideraron portugués y estaban dispuestos a dar buena cuenta de él en la parrilla. Habiendo llegado un destacamento francés a la aldea de los aborígenes para parlamentar, el alemán habría rogado a aquellos que informaran a los indígenas de que él no era portugués. Los franceses, sin embargo, les hicieron creer que lo era a pesar de la amenaza que esto suponía para la integridad del alemán. 21 El apóstol de Brasil, san José de Anchieta, escribiría una epopeya en la que, narrando los hechos de este capitán portugués ( de gestis Mendi de Sa ), daría visibilidad global a los pueblos amazónicos, a través del latín en la que fue escrita (Cfr. Vega, 2016). 22 Las relaciones establecidas entre los Austrias madrileños y los Borbones parisinos, a través del matrimonio de los quincea- ñeros Ana de Austria y Luis XIII, aparte de la presión de los portugueses, darían como resultado el abandono de esa colonia que intentó, como era norma en la colonización europea, el establecimiento de una misión religiosa.

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