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207 14. LAS TRADUCCIONES ESPAÑOLAS DEL CATECHISME HISTORIQUE DE CLAUDE FLEURY (1640-1723): UNA BREVE INTRODUCCIÓN HISTÓRICO-CRÍTICA irenista y discreto, Fleury, el solitario de la corte, logró mantenerse activo a pesar de muchísimas acusaciones de jansenismo y de galicanismo 4 . 2 La elección de Fleury a ocupar el «fauteuil 36» de la Academia francesa de la lengua y de la literatura, investido anteriormente por el escritor Jean de la Bruyère (1645-1696), autor de los famosos « Caractères ». Ahora bien, la admi- sión de Fleury confirma no solamente su interés por el quehacer literario, sino sobre todo el reconocimiento por parte de sus contemporáneos de la calidad de su lengua y estilo. Para citar al presidente del acto académico de admisión: «vous… apportez une connaissance parfaite de notre langue, et une pureté de style merveilleuse, qui fait le caractère particulier de tous vos ouvrages» (Gaquère, 1925, p. 296). Otro reto para los traductores. El mérito esencial de Fleury es la visión histórico-pedagógica que domina su catecismo. La Historia sagrada como conjunto pedagógicamente articulado de narraciones bíblicas («récits bibliques»). Ahora bien, estas narraciones se cons- truyen a partir de las factualidades («hechos, faits») transmitidas en los Antiguo y Nuevo Testamentos. Es en el Discours sur le dessein et l’usage de ce catéchisme , que encabeza el libro, donde Fleury expone las ideas que soportan su reflexión. Con- cretamente, el sistema de Fleury pasa de los hechos (evidentes, ilustres y sensi- bles, p. ej. La creación) a la narración, la deducción lógica («déduction des faits») y finalmente las pruebas y la doctrina. En estos términos puede ser interesante recordar a Michel de Certeau que distingue tres fases dentro de la metodologia histórica: «la trace en lieu social» (las huellas), «la logique de regroupement» (la reflexión lógica) y «l’écriture du texte» (la producción del texto). Ahora bien, el texto historiográfico es por definición un intertexto. Y en este caso preciso, el catecismo, el texto es el de la Revelación 5 . Por otra parte, el concepto de la historia sagrada (sacra)/histoire sainte entra en un sistema integrado relacionado con la historia profana (antónimo) para entron- car con la Historia de la Iglesia/ Histoire ecclésiastique y la Historia como tal. Pedagógicamente, Fleury reacciona contra el «papaguear» y la abstracción de los manuales existentes. Establece una relación directa entre el «raconter bien», la «déduction des faits» y «Dieu»—lo que él llama su «méthode historique»—. Pero, ¿qué significa «bien»? Para Fleury, es importante adaptarse al público (de ahí el PC y el GC), estimular la inteligencia (la comprensión; la continuidad, por ejemplo) y la selección/creación de narraciones interesantes, pintorescas que inte- resan, atraen, captan, sobre todo a los niños. De ahí también la utilización de un 4 La más violenta parece ser la del «jansenismo». Por ejemplo, en un folleto titulado « La mauvaise foi de Monsieur l’Abbé Fleury … Remarques sur le Discours & sur la grande conformité de cet Ecrivain avec les heretiques des derniers Siècles…Par le R. P. Bau- dovin de HOUSTA Augustin de la Province des Païs-Bas Autrichiens,…» (Malines, Laurent Vander Elst. [1773]. En la pág. xxiii de la Introduction , el autor enumera la lista de los «Heretiques des derniers Siècles», es decir, «Wiclef, Luther, Calvin, Ques- nel, & les autres Jansenistes». Se trata de una amenaza permanente que podría explicar por lo menos en parte el carácter forzo- samente prudente de Fleury. Y al fin y al cabo, por su manera de ser («un solitario en la corte»: J.-M. Voltaire, Le siècle de Louis XIV, II, Londres, R. Dodsley, 1752 2 , p. 437) y el hecho de publicar la Aprobación de Bossuet al mismo tiempo que el Télémaque de Fénélon, Fleury consigue mantenerse fuera de la violencia de los conflictos. 5 Encontramos una reflexión interesante sobre la dimensión histórico-historiográfica del Catéchisme en Jean-Claude Dhotel, Les origines du catéchisme moderne , París, Aubier, 1967 (p. 355-367) y en Joël Molinario, Le rapport entre histoire, pédagogie et théolo- gie dans la réflexion catéchistique . A propos du Catéchisme progressif , en Teología y Vida , LIII, 2012, p. 325-337 (Michel de Certeau: p. 331). Pero leemos la mejor síntesis de sus ideas en el propio Discours sur le dessein et l’usage de ce catéchisme que encabeza el libro. Es ahí donde Fleury expone sus ideas relativas a las dos dimensiones fundamentales de su obra: la histórica y la pedagó- gica. Es ahí también donde documentamos todos los términos clave de u pensamiento. Por ejemplo, en la edición de 1803, p. 13-53 ( Catéchisme historique, contenant en abrégé l’histoire sainte et la doctrine chrétienne , Madrid, de l’imprimerie de l’administra- tion du royal arbitre de la bienfaisance, 1803).

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