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197 13. TRADUCCIÓN DE LA CULTURA DE LA AMAZONÍA ECUATORIANA AL ESPAÑOL: LA CRÓNICA DEL CAPUCHINO P. MANUEL LABAKA helicóptero baja y se encuentran a Monseñor, tendido, desnudo, alanceado, apo- yando la espalda contra un tronco y la cabeza hacia atrás. La hermana también está alanceada. El obispo tenía 160 orificios en su cuerpo; le habían clavado 17 lanzas. La Hna. Inés 67 orificios y le clavaron 5 lanzas. Así termino la vida de un misionero, que se hizo uno de ellos y les dio todo lo que tenía: lo más sagrado, su propia vida. Si no vamos nosotros los matan a ellos. Y los Tagaeri los mataron a ellos. Quizá, por no comprender el mensaje que les llevaban. 13.11. Conclusión Vamos a recuperar unas palabras sobre el renacimiento de una lengua que pro- nunciamos en la Universidad de Soria, que nos van a servir para concluir el camino seguido por Mons. Labaka para servir y conocer a unos semejantes que, si le qui- sieron, no le comprendieron. Sólo son seis palabras, pero las hemos sentido y percibido a medida que nos introducíamos en la lectura emocionada y paralizante de la Cronica Huaorani: persistir, insistir, resistir, nunca desistir y jamás imponer. El espíritu de Labaka, está en cada una de estas palabras a lo largo de su Cró- nica. No sabemos si en el mismo orden, pero ahí está. Fue invitado a ayudar a los obreros de una petrolera y por obediencia se encontró, además de con ellos, con un pueblo distinto. Sin conocer la lengua, pocas palabras le bastaron para iniciar un acercamiento y una imbricación en una cultura que nada tenía que ver con la suya. Se hizo uno de ellos, en casi todo, menos en el pecado. Se desnudó como ellos, vistió el gumí como ellos, comió como ellos, sin hacer ascos a una comida muy lejos de la que estaba acostumbrado a digerir Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros 31 . Aunque nosotros hable- mos de intratraducción, e interculturalización, ni podemos ni debemos dejar al margen el motivo esencial de la entrega de los misioneros en las tareas que reco- gemos. Y si en todos lo encontramos, es en Labaka donde expresamente se pone más de manifiesto. ¡Todo por El Evangelio! Fue su lema, su palabra, y por ella obedeció y se entregó. Y, no sólo obedeció. Buscó las palabras y las encontró. Persistió en las necesida- des de conocer la lengua que encontró en su camino; insistió hasta integrarse, sin conocerla del todo, para hacerse uno de ellos; resistió ante las dificultades; nunca desistió buscó nuevos caminos, difíciles caminos, lingüísticos y medios de comu- nicación: aéreos o fluviales. Pues si difíciles eran las comunicaciones lingüísti- cas, no lo eran menos los caminos que le llevaban hacia los huaorani. Y jamás se impuso . Su donación fue total. Casi al final de su Crónica dice refiriéndose al último viaje de aquella época y después de muchos años de convivencia: Nadie ha tenido dificultades de entendi- miento y todos se han desenvuelto por igual, porque todos han empleado el mismo len- guaje: el lenguaje de amor a Cristo 32 . 31 Juan 1.14 32 Ibidem. p. 234

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