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177 12. Las culturas de la Amazonía peruana en los escritos misioneros de José Pío Aza:huarayos y arasairis 1 Diversas acepciones y ejemplos de uso, p. ej.: «PEGAR: En el sentido de adhe- rir: Ekuea bajikue; tú lo has pegado: miya ekueabajinaje. En el sentido de gol- pear: Kueakue; pégale: kueakuejaja; me ha pegado: kueajemo». 2 Glosas lingüísticas: «MUY: Nei. Partícula pospuesta. También suelen usar el vocablo Kiahuishone (mucho)». 3 Explicaciones culturales para aquellos vocablos cuya equivalencia léxica nece- sita ser matizada por tratarse de realias propios de la cultura o del biotopo indí- gena: «DEMONIO: Ekuikia. Ser misterioso que vive en el monte, viene por la noche y come gente, tal es la idea que de él tienen. El hecho es que en todas las tribus de salvajes que he conocido en el Madre de Dios y en el Urubamba en todas, digo, he hallado la creencia en un ser dañino y como enemigo de los hombres»; «GUSANO […] Gusano grande: Chichapi. Este gusano que se cría en el tronco de los árboles lo consideran como un bocado exquisito.»; «MALINOWSKI (río): Nao-ena. Malinowski es un afluente grande izquierdo del Tambopata, a unos 60 kilómetros debajo de Astillero». 4 Términos derivados: «TABACO: Shauano. Hoja de tabaco: Shauano-iña . Polvo de tabaco: Shauano-poi ». 5 Variantes dialectales: «MACHETE: Mei. Los guarayos del Heat dicen Sepeja ». Aza elaboró los vocabularios pensando en que serían útiles «para ulteriores estudios», pero también para que futuros misioneros pudieran entablar contacto con los nativos, y ya no tanto para adoctrinar en conceptos de la fe cristiana, puesto que prácticamente carecen de terminología religiosa. Vistas las explicaciones con que guarnece los artículos de estos trabajos lexicográficos, no cabe duda de que tanto el vocabulario huarayo como el arasairi están destinados a un público hispa- nohablante foráneo. En ellos encontramos lo que parece el léxico cotidiano de los indígenas: geografía, flora, fauna, acciones de la vida cotidiana, objetos domésti- cos, etc. Informaciones necesarias para conocer su biotopo y entender su forma de vida, y no herramientas dialécticas para predicar utilizando los conceptos nuclea- res del cristianismo. Con sus investigaciones sobre el ese eja tambopatino, Aza roturó un terreno lingüístico virgen y feraz ( Semblanzas, 1985, p. 192; cf. Chavarría, 2008, p. 9). Su Vocabulario español-huarayo tuvo notable influencia en fray José Álvarez 14 . Aza fue su primer mentor e instructor en el apostolado de los huarayos. El veterano, que insistía en que anotase de todo, le mandó sus distintos vocabularios para que el novato los corrigiese 15 . De hecho, los primeros pinitos de Álvarez en lengua ese eja los hizo utilizando los apuntes que sobre ella estaba recogiendo entonces el padre Aza, quien acabaría donándoselos con el ruego de que los corrigiese y ampliase (Soria, 1998, pp. 239 y 447). Fue el primer y único vocabulario de esta combina- ción hasta que muchos años después lo ampliara José Álvarez (Soria, 1998, p. 447). Chavarría (2008, p. 15), tal vez la máxima experta en ese eja, también se valió del 14 Sobre fray José Álvarez véase nuestro trabajo en el cuarto volumen de esta colección. 15 En una carta de Álvarez (1998: 159) fechada el 8 de octubre de 1926 y dirigida al P. Pío Aza, aparece el tema común que les envuelve durante toda su vida: el aprendizaje de los idiomas indígenas. Respecto del huarayo referirá Álvarez: «He sabido que continúa Ud. en su laudable empeño de publicar el «Vocabulario Huarayo». Que Dios le dé paciencia, mucha paciencia, le ilu- mine y le dé las fuerzas necesarias para llevar a feliz término una obra tan penosa y tan ardua; pues en los tres años que llevo estudiando, hablando y predicando en ella me he convencido que la vida entera de un hombre no es mucho para hacer un tra- bajo completo y perfecto de esta clase.»

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