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176 DAVID PÉREZ BLÁZQUEZ El corpus lingüístico de los trabajos que aparecieron publicados, sobre todo en Misiones Dominicanas del Perú, está constituido por ocho artículos, tres vocabu- larios y una gramática: «La lengua de los salvajes machiguengas» (1921), Estudio sobre la lengua machiguenga (1923), «Crítica de la obra del Dr. Farabee: «Indian Tribes of Eastern Perú». Cambridge, Massachussetts, 1922» (1924), «De re filo- lógica. La aglutinación en las lenguas salvajes» (1930), «Lenguas de civilizados y salvajes» (1930), «El género gramatical en las lenguas salvajes» (1930), «El verbo en las lenguas cultas y en las lenguas de los salvajes» (1931), «La tribu huaraya. Su lengua» (1932) y «La tribu arasairi y su idioma» (1933). De entre las diferen- tes lenguas amerindias que estudió, centró sus esfuerzos en conocer con mayor profundidad las lenguas machiguenga, huaraya y arasairi, al punto de que llegó a publicar sendos vocabularios con sus respectivos estudios introductorios 12 . Los vocabularios que dio a la imprenta fueron: el Vocabulario español-machiguenga (1923), con más de tres mil voces (aparece comentado por M. Á. Vega Cernuda en el cuarto volumen de esta colección); el Vocabulario español-huarayo (1928), y el Vocabulario español-arasairi (1936). Respecto de las investigaciones sobre los huarayos, Aza aportó datos de la len- gua ese eja hablada en el río Tambopata y sus afluentes, distinguiéndola de otras variedades, describiendo la pronunciación, las categorías gramaticales, la mor- fología y especialmente la propiedad aglutinante de esta lengua y sus «partícu- las», que representan morfemas y desinencias. Esta información, consignada en «La tribu huaraya. Su lengua» y, como hemos visto en el epígrafe anterior, tam- bién en el trabajo etnográfico «La tribu huaraya», donde adelanta algunas notas lingüísticas, se ve aplicada y complementada en su Vocabulario español-huarayo. En relación con la lengua de los arasairi, según Aza (2009, p. 78), esta no había sido estudiada hasta la fecha, de modo que él fue el primero en hacerlo 13 . Inició el estudio de la lengua arasaeri en gran medida gracias a un niño de esta etnia con el que convivió en Maldonado. El Vocabulario español-arasairi publicado en 1936 reúne sus dos trabajos más importantes sobre esta lengua. Está compuesto por una presentación del vicario fray Sabas Sarasola, un estudio introductorio, que lleva por título «La tribu arasairi y su idioma» y que ya publicó Aza en 1933 en la revista Misiones Dominicanas del Perú, y el vocabulario propiamente dicho, que se publicó en la revista en 1935. De forma análoga al estudio lingüístico del hua- rayo, en este trabajo lexicográfico—de menor entidad que el anterior—comienza introduciendo información etnográfica y a continuación una descripción lingüís- tica que se ve plasmada y complementada en el cuerpo del vocabulario, con abun- dantes ejemplos y comentarios etnológicos. Los vocabularios pioazianos, tanto el huarayo como el machiguenga y el ara- sairi, son en realidad diccionarios razonados del español a la correspondiente len- gua amerindia, que junto al equivalente indígena contienen información enciclo- pédica en español sobre los referentes culturales de la etnia estudiada. Los artí- culos contienen una información cultural valiosísima que va más allá de lo mera- mente lingüístico. Así, según el caso, pueden encontrarse, por ejemplo en el Voca- bulario español-huarayo: 12 Al parecer, elaboró «unos ocho vocabularios» ( Semblanzas, 1985, p. 193), de los que tan solo se publicarían los tres mencionados. 13 Lyon (2003, p. 39 y ss.), sin embargo, relaciona este vocabulario con el de tuyuneri de 1905 del explorador finés Nordenskiöld, quien, por cierto, nunca visitó a este grupo amazonio, y afirma que es un dialecto del idioma hate, también denominado harákmbut.
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