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159 11. FRAY VICENTE MARÍA CORNEJO (1863-1912), MISIONERO, PROFESOR DE LENGUAS, PERIODISTA, TRADUCTOR PANAMEÑO Y RESTAURADOR DE LA ORDEN DE SANTO DOMINGO EN COLOMBIA la enseñanza y los libros haciendo de su personalidad un arma en defensa de los derechos de los misioneros, llegando así a ser uno de los eruditos más importan- tes en cuanto se refiere a la orden dominicana de Panamá. Éste fue, a grandes rasgos, el momento histórico en el que Fray Vicente Cor- nejo Sánchez nació en Santiago de Veraguas 5 cuando Panamá aún pertenecía a Colombia. Fue un hombre de fuertes convicciones religiosas, muy virtuoso y con una arrebatadora personalidad persuasiva que le caracterizaba por ser un gran polemista a favor de la expansión de los conventos de los dominicos y su legado llegó a los espacios más recónditos de la geografía colombiana, entre los que des- tacan el convento de Chiquinquirá donde ejerció su ministerio y como prior en el convento de Tunja. Una vez definido este espacio recordaremos la labor de los frailes dominicos que tuvieron que ver no solamente con la labor de los misioneros en que, entre otros menesteres, se encontraban la evangelización y la predicación. En el caso del misionero que nos concierne está considerado por ser una persona con gran- des dones humanos que van desde la humildad, la sencillez y la amabilidad ade- más de grandes dotes de espiritualidad y organización y que supo conducir a la orden dominicana por el camino de la restauración. 11.4. Apuntes biográficos Fray Cornejo Sánchez nació en 1863 en el seno de una familia panameña, cuyos padres le educaron de forma sencilla y humilde. Se le conoce ya desde la infancia por ser una persona laboriosa y abnegada, también por su gran devoción a San Vicente Ferrer y a la Orden Dominicana. Algunos datos de su biografía reflejan también que sentía una gran devoción a una imagen de el Santo Domingo de Guz- mán, que llevaba siempre consigo. A los 14 años ingresó en el seminario de Panamá. Ante el hecho de que los con- ventos se habían clausurado y habían pasado a pertenecer al gobierno, Cornejo embarcó en 1880 rumbo a España, pasando por Nueva York ayudado del conoci- miento perfecto que tenía del inglés para viajar posteriormente a nuestro país para seguir estudiando. Empezó haciendo ejercicios espirituales en Loyola, prosiguió su estudios de latín en Vitoria y vistió el hábito el 27 de junio de 1881 en Corias , diócesis de Oviedo en Asturias donde permanecería hasta 1890. En 1882 ya tomó el nombre de Vicente María y fue realmente en 1887 cuando se ordenó sacerdote. Pero antes de ser ordenado entre 1883-1884 fue enviado al Colegio-Seminario de Vergara en Guipúzcoa donde suplió en la cátedra de inglés sustituyendo al malo- grado historiador P. Francisco Rivas. Unos años más tarde en 1889 ya ordenado sacerdote permaneció durante siete años en el convento de Padrón donde ade- más de ejercer su ministerio impartió clases en matemáticas. En 1892 regresó a Vergara donde fue administrador de la revista El Santísimo Rosario . En 1894 fue reclamando junto con otros compañeros por el Vicario General de Colombia, Cipriano Sáenz de Buruaga y embarcó en el puerto de Santander de regreso hacia 5 Santiago de Veraguas, ciudad fundada en el siglo XVII, por su acendrada religiosidad de las mejores poblaciones del Istmo, antes colombiano, rememora al pronunciarse la ilustre familia de Cristóbal Colón, cuyos descendientes firman con el título de Duques de Veraguas. José Martínez Marín, O.P., El padre Cornejo. Dominico Veragüense, Panamá: Articsa, 2005, p. 52.
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