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135 9. FRAY DOMINGO DE BETANZOS, IMPULSOR DE LA IMPRENTA EN NUEVA ESPAÑA Y DE LA TRADUCCIÓN DE LA SANTA ESCALA, DE SAN JUAN CLÍMACO, POR FRAY JUAN DE LA MAGDALENA El autor nos habla de la existencia de una escala de treinta escalones, asocia- dos a la edad de Cristo cuando comenzó su predicación. La obra está dividida en tres partes o etapas ascendentes; la primera o introducción compuesta por tres escalones está relacionada con «la retirada del mundo»; la segunda, con veinti- trés escalones, se asocia al «ejercicio de la virtud», o vida activa; y por último, la tercera compuesta por tres escalones que alude a «la unión con Dios», a la vida contemplativa, además de ser un «pequeño tratado de mística» 29 . De ser así, no sorprende que dada la figura de Betanzos, un hombre siempre preocupado por la vida eremítica, en busca del equilibrio entre la vida penitente y la vida gloriosa junto a Dios eligiera esta obra como libro de texto y modelo a seguir por los novicios, convencido de que era la «escalera» perfecta por donde subir para llegar al cielo, que en definitiva no era otra cosas que alcanzar el estado de contemplación donde Dios fuera su único objeto de pensamiento. Una vez que se dio a conocer, resultó ser la obra más leída por los monjes siendo traducida con posterioridad al siríaco, latín, francés, eslavo y español. Se trata de un libro de mística sobre las virtudes que unidas unas con otras forman una esca- lera que lleva al cielo, aunque también los pecados entrelazados pueden condu- cir el alma al infierno. 9.6. Conclusiones De todos es sabido que uno de los primeros problemas a los que los misione- ros debieron hacer frente para poder entenderse con los nativos en las tierras con- quistadas fue al aprendizaje de las lenguas indígenas. Gracias a su incansable labor evangelizadora y didáctica lograron que muchas lenguas y dialectos no desapare- cieron, una labor que quedó reflejada en la elaboración de gramáticas, vocabula- rios, sermonarios, catecismos, artes, etc., que aun hoy se conservan. Asimismo, hemos recordado cómo llega la imprenta a Indias y de qué tipos de obras se imprimen en las nuevas tierras. Ahora sabemos que la imprenta tuvo una finalidad muy clara en la América española: la evangelización. En los primeros tiempos, nadie se preocupaba por las obras literarias. Primero había que encontrar un idioma común entre peninsulares e indígenas, propagar la fe cristiana y esta- blecer orden en las tierras conquistadas. Sin embargo, esta simbiosis entre evangelización e idioma común no habría sido posible sin la labor ejercida por fray Domingo de Betanzos considerado como una de las figuras más representativas de la Orden en las Indias, dominico de enorme prestigio y reconocimiento en la Nueva España. Religioso, santo, defensor, após- tol infatigable, son algunos de los calificativos que se le atribuyen en sus biogra- fías. Influyó de modo decisivo en la fundación y andadura de la Iglesia en la Nueva España, su entusiasmo y amor por la conversión de los indios, así como el buen trato hacia estos, lo que le llevó a exponer ante el Consejo de Indias la necesidad de formación y adoctrinamiento antes que la promulgación de tantas leyes que les alejaban cada vez más de poder conseguir un lugar digno. Como diría fray Adolfo 29 Jorge Osorio Vargas (2003): «Utopías de sabiduría y santa locura: Ensayo sobre la mística cristiana de raíz bizantina primi- tiva» en https://dialnet.unirioja.es/.pdf p.17

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