BCCCAP00000000000000000000271

133 9. FRAY DOMINGO DE BETANZOS, IMPULSOR DE LA IMPRENTA EN NUEVA ESPAÑA Y DE LA TRADUCCIÓN DE LA SANTA ESCALA, DE SAN JUAN CLÍMACO, POR FRAY JUAN DE LA MAGDALENA compromiso de solicitar previamente al obispo las debidas licencias, la concesión de exclusividad por parte de Cromberger de llevar a México: Cartillas y otros cualesquier impresos, y libros de todas facultades y doctri- nas, pudiendo venderlos con ciento por ciento de ganancia; y que él sólo también tuviese imprenta enMéxico, a condición de que cada pliego impreso importase un cuartillo de plata y cada cartilla medio real (Toribio Medina, José (1912): tomo I, pg. LXV). La muerte de Juan Cromberger, (septiembre de 1540) trajo consigo cierto abandono del taller, y a pesar de que los herederos habían solicitado a las autori- dades que los privilegios concedidos se prolongasen veinte años más, quedaron limitados a diez 23 . Trascurridos tres años, sus herederos dejaron de proporcionar papel, tinta y otros requerimientos. Estos hechos provocaron la paralización de sus actividades con México lo que obligó a la Audiencia a dirigirse al rey solicitándole que si los herederos de Cromberger, no abastecían de libros a la Nueva España, se lo auto- rizase a otros mercaderes. Ante esta situación, Juan Pablos solicitó y obtuvo del virrey Mendoza el privilegio exclusivo para imprimir en la Nueva España, y no será hasta el año 1544 cuando retome su labor y edite la Doctrina cristiana de fray Juan de Zumárraga y más tarde las dos ediciones del Modo de hacer las precesiones de Rickel, estampadas «en casa de Cromberger». Pone el colofón a esas publica- ciones, la Doctrina de fray Pedro de Córdoba y el Tripartito de Gerson 24 . Será a finales de enero de 1548, una vez concluida la impresión de la Doctrina , hecha por los dominicos, cuando Juan Pablos vea cumplido el sueño de poder estampar: «Fue impresa en esta muy noble ciudad de México en casa de Juan Pablos». Sin embargo, para el historiador fray Agustín Dávila Padilla, la primera obra impresa enMéxico fue la Escala espiritual para llegar al cielo , de San Juan Clímaco, que fue traducida por fray Juan de Estrada, conocido por Juan de la Magdalena 25 . A esta afirmación se une también García Icazbalceta cuando comenta: «parece por lo mismo incuestionable que el primer libro impreso en México fue la Escala espiritual de San Juan Clímaco, aunque no sería extraño que precediese la impre- sión de cartillas u otras piezas pequeñas, como han pretendido algunos, aunque sin aducir pruebas bastantes», fijando el año 1536 26 . La regla fue que los primeros impresores de la América Española jamás estamparon sus nombres al frente de los trabajos con que iniciaban la intro- ducción del arte tipográfico en las colonias hispano-americanas, regla que sólo encuentra dos excepciones en cuanto a declarar la calidad de los pri- meros impresores, y eso por dos extranjeros, Juan Pablos, enMéxico, que la 23 José Toribio Medina (1912), op. cit., pg. LXVII. 24 M. Teresa Bosque Lastra (1981). Origen, Desarrollo y Proyección de la imprenta en México. Universidad Nacional Autónoma de México. 25 Agustín Dávila Padilla (1596): Historia de la fundación y discurso de la provincia de Santiago de México, de la Orden de Pre- dicadores. Por las vidas de sus varones insignes y casos Notables de Nueva España. Madrid, p. 670. 26 Joaquín García Icazbalceta (1898): Apuntes para un catálogo de escritores en lenguas indígenas en América . His. Obras, t. VIII, Opúsculos varios. Ed. V. Agüeros. Universidad de Michigan. Digitalizado en 2007, p. 192.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz