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130 MARÍA CRUZ ALONSO SUTIL Su actividad inagotable lo llevó a buscar por dondequiera propicio campo a la predicación del evangelio; su recta conciencia lo impulsó a combatir el mal dondequiera que lo halló; su interés por el indio, logró que a éste se le considerara hombre y no bestia irracional. Sacerdote, misionero, após- tol, hizo: de su inflexible rectitud, una muestra eficaz; de su noble vivir, un modelo ideal; de su inmensa virtud, el más bello ejemplar. […], fue ben- dito, fue venerable, fue santo (Carreño, pp. 221-222). Es en esta época cuando se inicia la reflexión y la práctica sobre los métodos misionales de los dominicos: aprendizaje de las lenguas y doctrinas religiosas indí- genas para poder apartarles de sus supersticiones y anunciarles la fe; la reducción de las lenguas indígenas a métodos de aprendizaje y arte mediante la redacción y publicación de gramáticas; la fundación de escuelas en los conventos; la publi- cación de Doctrinas Cristianas; el acompañamiento de los niños que fueron los primeros evangelizados y algunos de ellos, posteriormente, grandes evangeliza- dores; el amor y protección del indio en contra de los abusos de los conquistado- res y encomenderos, etc., en 1533 los dominicos pedirán al Consejo de Indias una Ley de Congregaciones, como respuesta a las dificultades del hábitat indígena y de las sierras inhóspitas de los mixtecos y zapotecos 15 . Al dividirse las Órdenes mendicantes misioneras en México (1541) en fran- ciscanos, dominicos y agustinos, la Corona de España ordenó que los misione- ros conocedores de las lenguas indígenas no fueran cambiados fácilmente de su puesto misional, en orden a potenciar su apostolado. Recogen los cronistas que los espacios misioneros ocupados por los dominicos fueron más difíciles que los ocupados anteriormente por los franciscanos, debido al número y dificultades de las lenguas indígenas, pues, a título de ejemplo, sólo en Oaxaca se hablaban die- ciséis lenguas diferentes sin contar los dialectos zonales, y atendiendo también a la topografía montañosa caracterizada por sus difíciles accesos 16 . Nos refiere Carreño cómo por dictamen de Betanzos fueron destinados algu- nos religiosos a varios pueblos indios para que aprendieran más fácilmente el idioma, herramienta de la que ser servirían para empezar a instruirlos en los mis- terios de la fe. Dio orden el ciudadano provincial de que los frailes que asistían entre los indios, se ejercitasen en aprender sus lenguas para poder predicarles e ins- truirlos como convenía; y sola esta necesidad de asistencia en sus pueblos, templo el fervoroso deseo que el santo tenía de que hubiese en la Provincia doce conventos de a treinta frailes cada uno, y que de ellos saliesen los frai- les de dos en dos a visitar la comarca y confesar y predicar, como se hace en algunas partes de España […]. Por esto ha sido grandísimo el trabajo de los religiosos en esta tierra… los de la nuestra se han ejercitado y ejercitan en aprender siete lenguas y algunas de ellas peregrinas y de notable dificul- tad (Carreño, p.63). 15 Pedro Fernández Rodríguez, opus cit., p. 35. 16 Juan Cabal, opus cit., pp.133-34.

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