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PRECAUCIONES ORATORIAS. 79 verdades severas. Como á un enfermo que todavía no está 11ispuesto á tomar Jos remedios. 128. 2.• El predicador debe usar en todo su lenguaje de un gran fondo de buen sentido, que deje ver un grande aprecio á sus oyentes. Pues la verdad y el buen modo lle– van en sí un atractivo irresistible. 129. a.• Cuando reflexiona sobre los argumentos y el lenguaje que ha de emplear, debe considerarse en lugar de sus oyentes. Esta precaución le dará magníficos resul– tados, ya por razón de circunstancias y personas. ~<Si yo estuvíera en lugar de los oyentes, ¿qué desearía que el pre– dicador dijera en esta solemnidad? ¿Qué pretendería de él, si me encontrara en pecado? ¡Cómo suavizaría mi cora– zón oírle hablar de la misericordia! ¡llamarme con cari– dad!. .. , 130. 4. • El predicador debe infiltrarse en el ánimo y en los sentimientos de sus oyentes, formando de sus dis– posiciones el punto de partida para conducirlos á donde in– tenta. ..comenzais siempre en pensar como yo, y acabais por hacerme pensar como vos,, dr.cía el Papa Alejan– dro VII al abate Polignac, que tenía esta táctica, y que tam– bién hacía exclamar á Luís XTV: .: Acabo de hablar con un joven que siempre me contradice . y jamás deja de agra– llarme., 131. 5.• Cuando ha de hablar !le hechos que pueden herir las susceptibilidades del amor propio por causa de preoc!lpaciones, ó espíritu de partido, necesita mucha des– treza para eligir aquello que sea honroso y que pueda excu· sarse por algún justo motivo, y disimular Jo que sea vítupe– rable. Como la pintura, que, para disimular los defectos, in– venta el arte del perfil. Mas si no ocurren medios á propó– sito, es mejor callar que manchar nuestros labios con la mentira. Las oraciones fúnebres son delicadas en esto. Bos– snet y Flechier ofrecen bellos ejemplos. 132. 6." Cuando son verdades morales arduas para el auditorio, ó reconvenciones, sin alterar la verdad, lo cual :;ería un crimen, se propone el asunto bajo forma interesan– te, para quitarle aquella amargura que la haría dificil de aceptar.